Afirma que puede llover y llover, como en aquel monólogo de la Isabel de Gabriel García Márquez, pero añade a renglón seguido que “siempre hay paraguas” frente a las más inclementes tormentas. Rosa Valle acaba de publicar “Certezas al sol” (Gravitaciones), su segundo libro de poemas y una aceptación de la vida mediante un puñado de hallazgos en los que refugiarse, trabados desde la calma. “Nunca he querido hacer poesía apocalíptica”, dice la periodista y narradora gijonesa, la autora que se ve a sí misma como una contadora de historias que puso en pie, en “Sonarás bajo las aguas”, editada en 2017, a la inspectora Petunia Prado del Bosque.

Rosa Valle, que ha trabajado en diversos medios periodísticos, ha ido abrazando poco a poco la creación literaria -sus géneros- como una manera de estar en el mundo: “Soy una contadora de historias. Eso hacemos siempre, también en la poesía; de hecho, han dicho que mis poemas son bastante narrativos”. Y añade: “En mi cabeza siempre hay historias, y en mis versos también, solo que en modo cubista”. Le da la vuelta a la síntesis cartesiana: “Siento, luego existo”.

La autora tiene previsto presentar el próximo día 21 jueves, en el Centro Antiguo Instituto y junto a su editor, Juan Gallo, este poemario último. En 2018, publicó “Llueve” y ha firmado un par de cuentos infantiles protagonizados por una lubina de nombre Josefina: “Piraguista en el Descenso del Sella” y “Campeona de voleiglobo”.

¿Y cuáles son esas “certezas” puestas al sol? “En el poemario hay una parte aún de búsqueda, de anidar en refugios, de sentirse descolocada, de vivir con ‘arma-dura’, de buscar un suelo, un color... Pero, luego, llegan los hallazgos de un presente perfecto, con caminos -siempre los hay-, con la ley de los momentos”, subraya. Insiste en esa palabra y en la idea que pone en marcha: “La vida son momentos, es cambio”. Una buscadora de ese sol y sus iluminaciones.

Licenciada en Ciencias de la Información, su trabajo periodístico sobre las tecnologías de la información y la comunicación le valió en 2012 el Premio Periodístico a la Innovación “José Antonio Coto”. Trabaja actualmente como documentalista de “software”, pero entre tantas rutinas y programas y computadoras surge, a veces, el sintagma que lleva a Rosa Valle a su vocación de contadora de historias, en prosa o en verso. Y apenas le parece concebible que haya personas impermeables a la poesía: “Será que no han encontrado la suya o que permanecen anestesiados, dormidos, para no sentir, para no comprender verdaderamente de qué va esto”.

Así, para la autora de “Certezas al sol”, la poesía es siempre epítome de la vida: “Entra por los sentiods, por los cinco, aunque yo soy más de mirar”. Y confiesa. “Muchos de mis versos salen de la contemplación, de una imagen que desencadena en mí un proceso de producción tremendo cuerpo adentro, y sale con pretensión de belleza”.

Para Rosa Valle, cuyos cuentos han sido publicados en distintas antologías y tiene en fase de escritura una novela con un nuevo caso asturiano para su inspectora Petunia Prado del Bosque, la poesía es fundamentalmente “emoción y pensamiento”. “Para mí, en esta etapa de mi vida, tiene mucho de los segundo”, indica. Y a su juicio, la poesía es también y siempre una forma de la “esperanza”. Con su facilidad para encontrar paraguas, tiene esta convicción: “Mientras haya poesía, no desertaremos de la búsqueda de la concordia”.