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La contaminación del Piles, que desciende levemente, se concentra en el tramo final

El entorno del Palacio de los Deportes deja de ser el punto negro en fecales, que persisten en la desembocadura por el mal estado de dos colectores

Un piragüista en el río Piles.

Una mejoría leve y lenta, pero generalizada en cuanto a los niveles de contaminación del agua. Esa es la situación que reflejan las últimas analíticas del río Piles. La tinta roja con la que se marcan en los informes las superaciones en enterococos intestinales y escherichia coli (e.coli) de los parámetros establecidos para considerar de calidad el agua ha dejado de ser predominante desde finales de octubre en la mayor parte del curso bajo del río. Las muestras de las últimas semanas dan margen a la esperanza. Y sirven a los técnicos y responsables del área municipal de Medio Ambiente para pensar que la suma de las acciones realizadas en los últimos meses en cuanto al control de vertidos y mejora en las redes de saneamiento están dando ya resultados positivos.

El informe de cierre del año en cuanto a los muestreos en el curso bajo del río Piles deja ver que, ahora mismo, el problema se concentra en la zona más cercana a la desembocadura del río en la playa de San Lorenzo. Un problema que tiene que ver con el mal estado, por su vejez, de dos colectores de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) que cruzan el río en ese ámbito y sobre los que aún no se ha podido intervenir. Ello afecta a la calidad de las aguas que se recogen en los puntos de análisis de la desembocadura, el parque de Hermanos Castro, la salida del canal de los Molinos y la Feria de Muestras. Aunque en esos cuatro puntos los resultados de noviembre y diciembre son mejores a los del mes de octubre.

Un par de ejemplos teniendo en cuenta que para las aguas de transición el tope que no se debe superar es el de 500 en e.coli y 200 en enterococos intestinales. El 28 de octubre se registraron 3.654 y 2.359 unidades de uno y otro en el punto de rastreo del parque de los Hermanos Castro mientras en el último análisis del año pasado esas superaciones se quedaron en 738 y 213. Los mismos análisis en la zona de la Feria de Muestras dejaban en octubre superaciones de 4.352 y 1.500 que, en diciembre, solo eran de 650 y 243 en e.coli y enterococos.

Los análisis dejan claro también que los entornos del Palacio de Deportes y Las Mestas han dejado de tener el dudoso honor de estar a la cabeza de los puntos negros del río Piles. Desde octubre no hay casi superaciones de los topes exigidos –y las que hay son por la mínima– en los puntos de control del río Piles en el Palacio de Deportes, el puente de La Guía y Las Mestas, del arroyo del Pisón en la zona de la Feria de Muestras y el aparcamiento del pabellón deportivo y en el del río Peñafrancia en Las Mestas.

La mejoría es importante en el área del Palacio de Deportes y desde la concejalía se justifica con una serie de intervenciones ejecutadas y que incluyeron desde la puesta en servicio del tramo final del colector-interceptor de Viesques para anular un tramo muy deteriorado del colector de La Camocha a la eliminación de vertidos directos detectados en viviendas de la zona. Sin olvidarse de las actuaciones de mejora que se ejecutaron en varios equipamientos de la zona tras un proceso de inspección.

Parte de esos puntos de control se corresponden con el anillo navegable cuyo cierre a la práctica deportiva hace un año está en el centro de la polémica. Solo hace unos días un equipo de investigadores presentaba un trabajo, auspiciado por el Grupo Covadonga, donde se defendía la viabilidad de la instalación. Informes previos de la ingeniería Uvant y de Ecologistas en Acción planteaban su cierre al ser el estancamiento de las aguas en ese punto, como lo es en las lagunas del parque de Isabel la Católica, la razón de la presencia de cianobacterias. El Ayuntamiento está pendiente de la recepción, anunciada para finales de este mes, del informe que se le encargó a la Universidad de Oviedo .

En lo que tiene que ver con ese cierre estadístico del año 2020, las analíticas también han mejorado en los puntos de control 12 a 16, que se corresponden con el río Peñafrancia y que tienen que cumplir con otros parámetros al ser agua continental. En este caso para que el agua sea de calidad no se puede superar el tope de 100 en e.coli y 400 en enterococos. A lo largo del recién terminado 2020 los peores registros por presencia de fecales fueron en días de junio, agosto y octubre donde jornadas de intensas lluvias motivaron episodios de alivios de la red al río. Por otro lado, el servicio municipal de Medio Ambiente comenzó a finales del año pasado a controlar también el curso medio del río Piles con otros seis puntos de control. En este punto, el mayor problema de superaciones se ha detectado en la zona de Almacenes Piti.

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