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Trescientas familias estrenan el plan social de ayudas para compras en el pequeño comercio

El 65% de los 258 negocios adheridos a “Mi barrio” ya registraron ventas vinculadas a un proyecto de 1,2 millones que llegará hasta mayo

Un comercio con un cartel que anuncia el programa "Mi barrio". Ángel González

El programa “Mi barrio” empieza a dejar euros en las cajas registradoras del pequeño comercio gijonés. El inicio del año ha supuesto el arranque efectivo de la facturación vinculada al plan extraordinario de ayudas a compras para familias vulnerables que impulsó la Fundación Municipal de Servicios Sociales en diciembre aprovechando el millón de euros reservado para una convocatoria de la polémica renta social que nunca llegó a hacerse. Un millón pactado con Podemos-Equo durante la negociación del presupuesto de 2020, lo que justifica que el gobierno, integrado por PSOE e IU, hubiera negociado y presentado la iniciativa junto a representantes de la formación morada y verde.

La Unión de Comerciantes –colaboradora en la acción de “Mi barrio” como lo fue en la renta social– cerró la primera quincena de enero con el registro de 756 compras vinculadas a este proyecto y realizadas por 306 clientes distintos. Solo cinco de esas facturas se corresponden al pasado mes de diciembre. El dinero facturado alcanza los 79.964,01 euros. Mínimo dentro del global millonario de la operación pero suficiente para garantizar que el proyecto ya tiene el motor arrancado y los recursos están operativos en su doble objetivo de ayudar a las familias que más lo necesitan en estos tiempos de pandemia pero también a los comercios a los que el covid-19 ha complicado mucho más de lo previsto su situación con cierres y restricciones horarias y de aforo.

Que al comercio gijonés le ha interesado la propuesta queda claro a ver que en pocas semanas son ya 258 los establecimientos adheridos, que se corresponden a 230 empresas distintas ya que cada empresa puede tener varios puntos de venta en la ciudad. De ese total de establecimientos hay 168 que han tenido alguna venta: el 65% del total. Establecimientos que, además, se reparten por todo el territorio de la ciudad y cuya propiedad es tanto de socios como de no socios de la Unión de Comerciantes. De hecho, el 34% de los negocios que participan no están asociados a la entidad.

En el antiguo formato de la renta social, que llegó a repartir 7,6 millones en más de 3.500 ayudas desde su implantación en 2017, el número de negocios adheridos fue de 326 a lo largo de todo ese tiempo. En principio este “Mi barrio” se corresponde con una propuesta extraordinaria y única con final de ventas en mayo que no tiene garantizada su continuidad. Entre otras cosas, por la situación de prórroga presupuestaria con que ha encarado el actual ejercicio el Ayuntamiento y, con él, la Fundación Municipal de Servicios Sociales como uno de sus organismos autónomos. Eso si, el compromiso es que la Fundación pueda tener dos millones más de ingresos a través de modificaciones presupuestarias. Su presupuesto de partida en el decreto de prórroga que firmó la alcaldesa, Ana González, a finales de noviembre, es de 21,7 millones de euros,

En cuanto a los productos más demandados por las familias que ya han hecho compras a partir del dinero de estas ayudas la lista la encabezan los electrodomésticos, el mobiliario básico y la ropa. El plan también permite adquirir equipamiento del hogar, calzado, material oftalmológico, odontológico u ortopédico, por poner unos ejemplos, o acometer algunas reparaciones en la vivienda. Siempre dentro de los límites en cuantía y condiciones que se ponen a las familias beneficiarias. Hay compras por todos los distritos aunque se observa un mayor tirón en los barrios de la zona sur.

En total, el desembolso económico de la Fundación se eleva a 1,2 millones al sumar las dos líneas en las que se organiza la acción. Una de ayudas complementarias directas que las familias han recibido por transferencia bancaria para que se destinen a esas compras del plan “Mi barrio” y otra de ayudas directas de emergencia que se gestionan con tarjeta bancaria prepago y están limitadas a comprar productos de higiene y alimentación. Para sendas ayudas no hubo convocatoria. La Fundación se las hizo llegar directamente a las 1.495 familias que durante la pandemia tuvieron que recurrir a ayudas de integración o emergencia social del Ayuntamiento. Familias que suman a más de 3.200 gijoneses. Las ayudas complementarias, que van de los 700 a los 1.200 euros alcanzan a 1.100 familias y las de emergencia a 382, que reciben entre 500 y 950 euros. Quienes no cumplan con el destino de ese dinero se juegan quedarse sin la opción de nuevas ayudas sociales.

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