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Las deficiencias en los centros de Primaria de Gijón precisan una inversión de 1,2 millones

Los problemas, desde la renovación de aleros hasta cambiar cubiertas, afectan a 17 colegios, según el informe municipal remitido al Principado

Las redes colocadas en el colegio Martínez Torner para proteger de la caída de cascotes de los aleros .

Las necesidades en los colegios de Primaria de la ciudad son múltiples y tienen un precio. Al menos, de partida y según el listado que la concejalía de Educación y Cultura, liderada por Alberto Ferrao, ha remitido a la Consejería de Educación para poner negro sobre blanco todo lo que estaba pendiente de hacer y no sólo no se ha hecho, sino que además se han sumado a la lista nuevas necesidades. En total, 1,17 millones de euros en obras sin ejecutar en los centros, y de las que debería hacerse cargo el ejecutivo regional.

Ferrao y Carmen Suárez, la consejera de Educación del Principado, mantuvieron un encuentro la semana pasada para abordar una larga lista de carencias que, según los cálculos municipales, afectan a un total de 17 colegios, y que abarcan un amplio abanico de intervenciones: renovación de aleros, sustitución de cubiertas, saneamiento de fachadas o protección de pilares. Trabajos todos ellos que vienen de atrás, que estaban incluidos en un in forme de necesidades que ya fue remitido el año pasado a la Consejería y que aún no han sido abordados, como se ha hecho saber a la titular de Educación del Principado.

Se trata de actuaciones como la sustitución de vierteaguas anticuados de las ventanas de varios centros por otros de hormigón con aglomerado de polvo de mármol y resinas de poliéster, previstos al menos en los colegios Martínez Torner, Tremañes, El Llano, Begoña, Rey Pelayo, Antonio Machado, Pericones y Piñole, con un coste de 158.000 euros. A ella se suman otras intervenciones como la sustitución de albardillas de peto de cubiertas, y encamisado de aleros de cubiertas con chapas metálicas para evitar las filtraciones de agua, previstas en los colegios Laviada, Torner, Tremañes, Begoña, Rey Pelayo, Pericones y Piñole, para lo que se ha presupuestado un total de 168.000 euros.

Otras actuaciones pendientes en varios colegios son las referidas al saneamiento y reparación de desconchones en elementos como los pilares de los colegios, algunos de los cuales acumulan años de deterioro que han desembocado en caída de cascotes y situaciones de riesgo para los pequeños. En este caso el Ayuntamiento estima necesario actuar en centros como El Llano, Martínez Torner, Antonio Machado, Piñole y Montevil. En ellos se recubrirían los pilares de fachada en hormigón visto con chapa metálica, tras tratar los desconchados con mortero y reforzar las armaduras que sostienen la estructura. Unas labores presupuestadas desde la concejalía en 222.000 euros.

Por otra parte, también se prevé la sustitución de cargaderos de ventanas, vierteaguas y la albardilla de la cubierta en el colegio Noega (uno de los más antiguos y con más necesidades de la ciudad desde hace años) con un coste de 100.000 euros. Y en el colegio Rey Pelayo, es necesario sustituir el material de gresite que recubre la fachada y que está ya muy deteriorado, con un gasto estimado de 235.000 euros.

Otra intervención clave es la que se refiere a la sustitución de chapas de fibrocemento, la popular uralita, por chapas metálicas curvadas en los colegios Begoña, Miguel de Cervantes, Martínez Blanco, Jacinto Benavente, la escuela La Serena y Pumarín (antes Elisburu), con una superficie total de actuación de 1.800 metros cuadrados y un coste de 260.000 euros. Ni en esta actuación ni en las anteriores “se aprecian avances significativos”, como pone de relieve el concejal.

A mayores, se añaden nuevas incidencias este curso, como la necesidad de recubrir con chapas metálicas los aleros de los colegios Severo Ochoa y Montevil con una inversión de 30.000 euros.

Una larga lista de necesidades expuestas al Principado y que también se suman a las peticiones de los institutos públicos de la ciudad. Tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA, los docentes de Educación Física claman por la renovación de los espacios necesarios para impartir su asignatura, y no son pocas las actuaciones de mantenimiento pendientes en muchos centros. El Ayuntamiento pone para ello la pelota en el tejado regional.

Las obras pendientes

  • Vierteaguas. Torner, Tremañes, Llano, Begoña, Rey Pelayo, Antonio Machado, Pericones, Noega y Piñole.
  • Aleros. Laviada, Torner, Tremañes, Begoña, Rey Pelayo, Pericones, Piñole, Severo Ochoa y Montevil.
  • Pilares. El Llano, Torner, Machado, Piñole y Montevil.
  • Cubiertas. Begoña, Cervantes, Martínez Blanco, Jacinto Benavente y Pumarín (antes Elisburu).
  • Fachada. Rey Pelayo

Familias y directores urgen “acuerdos ágiles” entre las dos administraciones implicadas

La lista de deficiencias es larga y no siempre está claro quién debe asumir la competencia de los trabajos de mejora y mantenimiento en centros que acumulan varias décadas de vida y que precisan intervenciones de forma periódica para seguir prestando servicio en condiciones. Es por eso que la sensación general entre las Asociaciones de Padres y Madres de la ciudad es la de que “se pasan la pelota unos a otros y el caso es que los trabajos siguen sin hacerse”, tal y como denunciaban ayer. El malestar por la falta de entendimiento se hace extensivo a los directores de algunos centros, que lamentan que haya obras pendientes desde hace años, sin que se hayan abordado por falta de tiempo, de presupuesto o por una simple cuestión de priorizar lo más urgente. Así las cosas, familias y directores piden que por encima de todo Ayuntamiento y Principado “se sienten y hablen entre ellos para ver qué corresponde a quién y que se pongan de acuerdo en quién lo hace, porque nosotros no podemos poner solución a las carencias y tampoco podemos hacernos responsables de las consecuencias de la inacción por ambas partes”, reflexionaba ayer la directora del colegio Eduardo Martínez Torner. En su caso, llevan tiempo con problemas de desprendimientos de cascotes y hasta fue preciso colocar en los aleros una red de protección para evitar que los desprendimientos comprometiesen la seguridad de los escolares cuando acuden al centro. El problema viene de 2017, y aún no se ha solucionado sin que se sepa de quién es la competencia de actuación, lamentan.

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