José Maldonado, presidente de Rain Forest, la empresa que tiene la concesión del Acuario de Gijón, explica cómo es el proyecto de mejora de las instalaciones que tienen en mente, así como otra apuesta innovadora y complementaria de turismo natural para la región, que espera que cuente con el apoyo de la administración local y regional.
–Cuando asumieron la concesión del Acuario se comprometieron a un plan de mejoras de 2,5 millones. La reforma final rondará los 20. ¿A qué se debe ese esfuerzo económico?
–A medida que hacíamos el proyecto fuimos viendo cómo gastábamos esos 2,5 millones, bien para el espacio de los pingüinos o en el de los tiburones. Una vez que nos decidimos por diseñar la dársena para los tiburones lo que vimos es que el Acuario pedía otras inversiones anexas. Planteamos también el cambio de cara y fachada, donde propusimos al Ayuntamiento más inversión, aprovechando los fondos europeos, para llevar a cabo una ampliación. Estamos en una época en la que hay que apostar fuerte. Tenemos que ir a calidad, conservación y belleza. Hay que optar a un proyecto de envergadura. Con la remodelación queremos que el Acuario sea en el más importante de Europa.
– ¿Con el plan actual, el Acuario se quedará definitivamente sin pingüinos?
–Cuando empezamos a diseñar optamos por las instalaciones que pudieran ser más beneficiosas y espectaculares para un cambio de imagen, para atraer a más público. Si habrá pingüinos o no dependerá de cómo continuará la ampliación y lo que sea más interesante. Tenemos muy claro que no podemos tener animales sin un bienestar y condiciones perfectas.
–Plantean un centro de investigación marino. ¿En qué consistirá?
–Hemos presentado una ampliación al Ayuntamiento y al Principado, con las naves anexas a la Naval. En esa inversión mayor es donde incluimos un centro de rehabilitación de la fauna marina y un centro de investigación. Pretendemos ampliar el Acuario en dos hectáreas.
–Habla de un cambio en la imagen exterior del edificio ¿Será una modificación radical?
–Lo que hicimos es un diseño como si fuera un invernadero del siglo XIX, que se había derruido y se inundaba. Merecía la pena un diseño industrial, del estilo de Liverpool, tipo las naves que tienen los astilleros.
–Al ser un espacio municipal. ¿Quién asumirá el grueso de la operación y cómo se financiará?
–Es una colaboración público-privada. Estamos en sintonía. Es un proyecto arriesgado, en el que desde nuestra parte de empresa estamos decididos a invertir. Lo importante es lograrlo.
–¿Cuándo podrán empezar las obras y cuál será su duración?
–Cuanto antes se adjudiquen los fondos europeos mejor. Podríamos ejecutarlo en unos tres años, pero necesitamos primero los terrenos.
–¿Cómo es su relación con las dos administraciones?
–Por ahora hemos tenido una colaboración y una recepción magnífica. Este proyecto, junto a algo más global para toda Asturias, son muy difíciles de hacer, tenemos capacidad para llevarlo a cabo, pero sí necesitamos el apoyo y el impulso de Gijón y el Principado.
–¿A que otros proyectos se refiere?
–Hemos propuesto crear un parque natural en Asturias. Y haríamos de ello un destino. Sería dentro de la idea de “Asturias, la Puerta del Paraíso”, para consolidar Gijón como la puerta de la naturaleza en Asturias. Para nosotros es un esfuerzo tremendo, pero necesitamos el apoyo de las instituciones, del Ayuntamiento y el Principado, no solo financiero, sino con el empuje e impulso para lograrlo.
–¿En qué consistirá?
–Queremos enseñar Asturias desde un concepto medioambiental, ecológico y conjunto. Lo que hacemos es comparar al oso cantábrico con el panda y toda la zona de indochina. Proponemos un viaje por todos los bosques templados asiáticos comparados con el Cantábrico.
–¿Dónde estaría situado?
–Es un proyecto increíble, muy difícil de hacer. El planteamiento inicial sería para Gijón, pero habría que concretarlo más adelante. Sería en un espacio de 40 hectáreas.
–¿Por qué ahora?
–Porque hay que ayudar al sector turístico, que es importante, de una manera medioambiental, natural y activa.
