El plan de la empresa Rain Forest, encargada de la gestión del Acuario, para construir un parque natural de 40 hectáreas en Gijón, ha sido recibido con “escepticismo” por parte del gobierno local. Tras reunirse ayer Aurelio Martín, concejal de Medio Ambiente, y Patricia García, directora general de Innovación, con la directiva de la empresa y el gerente del Acuario, Alejandro Beneit, el Ayuntamiento les trasladó que ahora mismo sus preferencias se sitúan en llevar a cabo la ampliación del centro de Poniente, con una inversión prevista de 20 millones, para convertirlo en un espacio de referencia en Europa. “El bioparque tan solo es una idea por parte de la empresa, pero en ningún caso prioritaria para el Consistorio, como ya se les trasladó en su momento”, indicaron fuentes del gobierno de Ana González. La oposición, por su parte, recibió con división de opiniones la ambiciosa propuesta del parque natural.

En la reunión de ayer, el Ayuntamiento y Rain Forest acordaron buscar la fórmula para reunir los fondos necesarios destinados a “acometer las mejores necesarias que permitan al Acuario crecer y que Gijón cuente con unas instalaciones de futuro y de referencia en Europa”. La inversión inicial, que iba a ser de 2,5 millones, pasará finalmente a ser de 20, debido a que se acometerá una remodelación de la fachada del edificio y se incluirán un oceanográfico, un centro de rehabilitación de la fauna marina y un centro de investigación. Se trataría de un espacio natural centrado en el oso cantábrico y los bosques templados autóctonos.

En la oposición, grupos como Ciudadanos y Vox recibieron de buen agrado “contar con una política turística diferente”. Mientras que Podemos-Equo rechazó este proyecto por “mantener a los animales en cautividad, explotarlos y exhibirlos como recurso turístico”. Desde Foro fueron mucho más allá y ven esta medida como un proyecto encubierto para privatizar el Jardín Botánico, ya que consideran que podría ser el escenario para construir el bioparque mediante una fusión con los terrenos del campo de golf del Tragamón.

El grupo más favorable a la idea de Rain Forest de contar con un parque natural es Ciudadanos. “Se trata de un proyecto muy interesante para Gijón y de futuro, que aúna muchos temas, tanto el turístico, como el educativo el medioambiental”, dijo el portavoz, José Carlos Fernández Sarasola. Considera que este bioparque ayudaría a situar a la región “en el mapa de actividades turísticas innovadoras” y que propiciaría la “recuperación de especies animales y vegetales”. A su juicio se conseguiría desestacionalizar el turismo y hacerlo “más familiar”. “Sería interesante poder ubicarlo en el entorno del Jardín Botánico Atlántico y así poder aprovechar las sinergias entre ellos, incluida la Laboral”, aseveró.

En una línea bastante similar se manifestó Eladio de la Concha, de Vox. “Estamos a favor de todas las iniciativas que favorezcan la actividad económica y el empleo. El Ayuntamiento tiene que facilitar un proyecto como este que pretende traer fondos europeos para financiar unas inversiones que pueden ser cuantitativamente importante”, dijo.

Con algo más de prudencia se manifestó Alberto López-Asenjo, del Partido Popular. Para él, la fórmula para financiar este proyecto y el del Acuario, mediante fondos europeos, obliga a “estudiarlo detenidamente”. “Lo que sean proyectos generadores de empleo y riqueza son importantes, pero los fondos europeos, aunque parezcan muy grandes, no son infinitos. Debería fijarse el modelo de ciudad que estamos buscando”, aseveró. En su opinión, el proyecto del parque natural aún cuenta con muchas incógnitas: “El Acuario tiene una proyección más avanzada, pero en el caso del parque natural suscitaría tener un debate mas en profundidad de viabilidad y sostenibilidad”.

Jesús Martínez Salvador, de Foro, mostró su rechazo radical a este proyecto y exigió al Ayuntamiento que explique “si se va a privatizar el Jardín Botánico, tras el traslado el 1 de enero de su gestión al área de Medio Ambiente, y si habrá una gestión conjunta con el Acuario”. Su formación teme que se aprovechen los terrenos del campo de gol anexo para conseguir las 40 hectáreas con las crearían un zoológico. “El hecho de encajen todas estas piezas y en esa ecuación se sumen palabras como PSOE y fondos acrecienta nuestros temores”, explicó el portavoz. Un plan que negó horas después Aurelio Martín: “Esas declaraciones responden a un delirio. Precisamente lo que hemos venido a hacer es desmontar el parque temático en el que el anterior gobierno convirtió al Jardín Botánico Atlántico”.

Podemos-Equo, en boca de Laura Tuero, su portavoz, reclamó centrar los esfuerzos en “el Parque tecnológico naval y del mar mediante el desarrollo de la nueva zona industrial de El Natahoyo”, ya que consideran que lo más importante es “potenciar las actividades de acuicultura, investigación de energía oceánica, aprovechamiento sostenible de los fondos marinos o el fomento de la investigación oceanográfica y de recuperación de la fauna son los usos que defendemos para esa zona”.