El Principado tiene la intención de incorporar al texto definitivo del Plan del aire para la zona Oeste de Gijón nuevas medidas de control que afectan de manera directa al puerto de El Musel. Medidas a añadir a las ya expuestas en el documento inicial, pero que lo trascienden ya que buscan, por un lado, favorecer una mejoría de la calidad del aire en la ciudad y, por otro, minimizar procesos de llegada de restos de carbón a la playa de San Lorenzo. Otro de los problemas medioambientales que preocupan a los gijoneses y a su Ayuntamiento.

Sobre la mesa está la posibilidad de ir a más en los ya planteados procesos de apantallamiento y pavimentaciones en el Puerto y la opción de cubrir algunas zonas de manipulación de graneles de granulometría fina. Así se lo adelantaba ayer la viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático, Nieves Roqueñí, al edil de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Gijón, Aurelio Martín, en una reunión en la que se analizaron las alegaciones presentadas por empresas, colectivos ecologistas, organizaciones políticas y particulares al documento presentado por el Principado el pasado mes de octubre. El objetivo es que el texto definitivo se apruebe en unas semanas y, a partir de él, se ejecuten actuaciones de todo tipo durante este año y el que viene.

Roqueñí también adelantó a Martín y su equipo otras actuaciones que tienen El Musel como escenario y el cuidado del mar y de las playas gijonesas como horizonte. Se trata de diseñar y ejecutar un plan de gestión del agua en el Puerto que afecte a aguas de regadío, limpieza, pluviales... Un plan integral que se acometería tras finiquitar la tramitación del plan del aire y que, como para éste, se buscaría la colaboración y el consenso de la Autoridad Portuaria.

Estación del Lauredal

Otra de las grandes firmas afectadas por el este singular plan del aire es Arcelor. Sobre sus actuaciones se informó al Ayuntamiento del compromiso de la empresa de tener el filtro del sínter A instalado a finales de marzo o principios de abril y de adelantar las inversiones destinadas al sínter B del año 2024 al año 2022.

Por otro lado “inminente” fue el plazo temporal que la Viceconsejería dio al Ayuntamiento al hablar de la licitación de la nueva estación de control de la polución en la zona del Lauredal. Tras las quejas de los ecologistas y los vecinos por el anuncio de que la estación fija prevista en el entorno se colocaría en Jove, el Principado movió ficha y asumió la petición ciudadana de colocarla donde ahora está la estación móvil de titularidad municipal, la que peores datos da de todo la red de control. El hecho de que le estación sea fija y esté dentro de la red oficial del Principado supone que sus datos deben ser tenidos en cuenta a la hora de concretar alarmas o tomar medidas de contención de la polución y que serán monitorizados por Europa.