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El “banco malo” solicita la subasta judicial o notarial de las fincas de la Ería del Piles

l El administrador concursal deberá decidir si respalda la petición | La dación en pago al Sareb y a un fondo canadiense, la alternativa

Terrenos de la Ería del Piles.

La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (el Sareb, el “banco malo”) acaba de solicitar la subasta judicial de las fincas de la Ería del Piles, después de que el juez denegara el pasado mes de junio la venta directa de las fincas a la firma vasca Maceribe, que tenía un derecho de adquisición preferente sobre las mismas, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA. El Sareb también solicita que si el juez opta por que la subasta sea extrajudicial, que la misma se efectúe a través de un notario.

Estas fincas forman parte de los activos de Asturpromotora Urbana 2004, sociedad que en 2005 presentó un proyecto para construir un complejo de ocio, turístico y comercial en esa zona de Gijón entre cuyos edificios se incluía un apartahotel de 13 plantas de altura. Aquel intento y los posteriores para construir un centro comercial y de ocio ya sin la torre de apartamentos, acabaron dándose de bruces con las sucesivas sentencias que fueron ganando en los tribunales los vecinos de la zona, que rechazan el tipo de transformación que se plantea para la misma. Esto, unido a la crisis del sector y a la anulación de los planes urbanísticos de 2005 y 2011, acabó provocando una situación de insolvencia en la empresa, que entró en concurso necesario de acreedores en 2017, tras haber trasladado su sede social a Burgos.

Ante la imposibilidad de reflotar la empresa por sus deudas, el 12 de diciembre de 2018 comenzó el proceso para liquidar todos sus activos, entre ellos las parcelas de la Ería del Piles, de las que el pasado martes el Sareb pidió su subasta al juzgado de lo mercantil número 1 de Burgos, que es el que tramita la quiebra de Asturpromotora.

De aceptar, será el segundo intento de venta de las fincas tras la quiebra de la empresa. El primero tuvo lugar a finales de 2019, cuando el administrador concursal solicitó a las empresas que se interesaron por los terrenos que formalizaran una oferta. Ninguna lo hizo y entonces instó a la firma vasca Maceribe, que tenía el derecho a igualar la mejor oferta, a que presentase su propia oferta.

El administrador concursal había otorgado aquel derecho de tanteo a Maceribe en compensación por los 93.000 euros que esta sociedad había aportado para que Asturpromotora pudiera depositar en el Ayuntamiento el aval necesario para que se aprobara el PERI 100, dado que la aprobación de ese plan urbanístico hacía más atractivas las fincas, al permitir su desarrollo.

Aquel intento descarriló en todos los frentes. Los vecinos volvieron a tumbar en los tribunales el acuerdo que el pleno municipal adoptó el 1 de agosto de 2017 que aprobó un cambio puntual del PGO de 1999 (el vigente entonces tras la anulación del PGO de 2011) en un momento en el que ya estaba avanzada la tramitación del actual PGO, que acabó aprobándose en 2019.

En cuanto a la oferta de compra, Maceribe acabó presentando una insuficiente, respondiendo el 31 de diciembre de 2019 al administrador concursal que estaba dispuesta a pagar 3 millones de euros por los terrenos siempre que se las entregaran libres de cargas. El juez rechazó la venta en esas condiciones al oponerse a la misma el Sareb y el fondo soberano de Canadá a favor de los cuales están hipotecadas las fincas (Liberbank y el Banco Sabadell les pasaron sus respectivas hipotecas).

La Ería del Piles, que comprende 38.370 metros cuadrados en la confluencia de la carretera del Infanzón con la de la Providencia y de la avenida de José García Bernardo (frente al hotel Abba y al Tostaderu), presenta un aspecto degradado en una de las zonas más emblemáticas de Gijón, como es el paseo marítimo de San Lorenzo. La venta de las parcelas para su desarrollo urbanístico es una condición necesaria para cambiar la fisonomía de este espacio, para el que desde 2001 se han presentado diversos proyectos que no acabaron de llegar a buen término.

Más complicaciones

Si se subastan los terrenos, quien se los quiera quedar tendrá que hacer pujas de al menos 5,16 millones de euros, dado que por debajo de esa cantidad podrían el Sareb y el fondo canadiense decidir quedárselas igualando el precio ofertado.

No obstante, el juez no aceptará automáticamente la petición del Sareb para subastar los terrenos, sino que antes pedirá el parecer del administrador concursal.

En el caso de que el administrador pusiera objeciones a la subasta de los terrenos, en base a la falta de ofertas que hubo en 2019, la alternativa probable es que propusiera la dación en pago de ese suelo al Sareb y al fondo soberano de Canadá. Que estuvieran dispuestos a aceptarlo es otro cantar, dado que sobre las fincas también hay embargos de otros acreedores, que tendrían que asumir los nuevos dueños, el principal de ellos los más de 3 millones de euros que reclama la Agencia Tributaria.

En caso de que ni se subasten ni se acepte la dación en pago, el desbloqueo de esos terrenos tendría que esperar a que concluyera toda la tramitación del concurso de acreedores de una empresa como Asturpromotora con propiedades en diversos concejos de Asturias. En ese caso, tras el cierre del concurso, las entidades financieras podrían ejecutar las hipotecas, quedándose con el suelo limpio de otras deudas.

El asunto puede tener aún más complicaciones, respecto a si Maceribe mantiene o no el derecho de tanteo, algo que la empresa vasca peleará, mientras que los principales acreedores cuestionan que mantenga ese derecho.

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