El Principado ha dado el visto bueno al proyecto de rehabilitación de la ermita de San Esteban del Mar de El Natahoyo, impulsado por el Rotary Club hace ya más de cinco años. Con la ratificación del plan la semana pasada, sólo falta que el Ayuntamiento haga lo propio para la firma del convenio a tres bandas que permitirá ejecutar las obras en este singular edificio. El gobierno local, la Fundación Revillagigedo y el Rotary Club deberán rubricarlo y el Consistorio tendrá que asumir algunos trabajos de urbanización del entorno.

La documentación está enviada a la alcaldesa, Ana González, recalca Germán Heredia, de los rotarios. Y ya sólo será cuestión de tiempo que las obras den inicio, tras formalizarse la cesión del suelo por parte de la Fundación Revillagigedo, en cuyos terrenos está ubicada la capilla.

La reforma de la ermita situada en la esquina entre las calles Mariano Pola y Palafox, dentro del recinto del Revillagigedo, constituyó uno de los últimos proyectos realizados por el fallecido arquitecto gijonés Chema Cabezudo. Tras su muerte, fue su hijo, el arquitecto José María Cabezudo Onzaín, quien tomó las riendas para materializar el sueño de su padre acompañado por los también arquitectos María del Cobre Carballo Alonso y Pelayo Infiesta de la Roza.

La intención es que a este espacio se le asignen diversos actos culturales cívicos, siempre que cuenten con la aprobación de los jesuitas, que seguirán como titulares de la ermita. No obstante, se eliminará el muro para que la capilla quede integrada dentro de la ciudad y ajena al recinto del Revillagigedo, con un pequeño jardín por delante. Este emplazamiento, declarado Bien de Interés Cultural, data de mediados del siglo XVII y es de planta rectangular con unas dimensiones de siete por catorce metros y nueve metros de altura. En los últimos años se ha ido haciendo cada vez más evidente su deterioro. Está considerado como uno de los edificios más antiguos de Gijón.