La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los gijoneses toman las calles disfrazados en el Antroxu más “raro”

Los gijoneses llenan las calles de disfraces pese a la suspensión del popular desfile: “La tradición no puede perderse nunca”

18

El Antroxu gijonés en imágenes Juan Plaza

Si el Antroxu de este año hubiera sido como mandan los cánones, Gijón tendría que haber vibrado ayer con su popular desfile y las principales vías de la ciudad habrían sido un mar de color. La pandemia logró este año poner en cuarentena la fiesta, pero no la costumbre porque los acérrimos del Antroxu hicieron su particular festejo metiéndose en disfraces. Miles de vecinos salieron a la calle a aprovechar el buen tiempo, antroxados con sus mejores galas y velando armas para volver con más fuerza en 2022. “La tradición no puede perderse nunca”, señalaban los más animosos del Carnaval.

Si algo tiene esta cita es que no hay edades para disfrutarla. Ese axioma lo demuestran Meli Arroyo y su pequeña de 19 meses, Alba Arroyo. A la madre se la pudo ver ayer por el paseo de Begoña vestida con un EPI y a su revoltoso retoño con un traje de tigre. No es la primera vez en este Carnaval que la madre sale a calle vestida de sanitaria. Ella es en realidad profesora de Inglés y su particular atuendo le ha valido varias anécdotas. “Fui al supermercado y me confundieron con una médica de verdad”, reía la docente, mientras vigilaba a su pequeña, que no paraba de correr.

Los juegos infantiles del paseo de Begoña fueron un hervidero ayer de pequeños disfrazados. Hubo quien fue de princesa del cuento, como Julia y Blanca Díaz, dos niñas de siete y tres años que se vistieron de Blancanieves y de Elsa de “Frozen”. “Nos gustan, porque tienen muchos colores”, aseguraban las dos niñas. “Era más prestoso con charangas, pero al menos nos da el aire”, razonaban sus padres, Miguel Díaz y Marta Cuervo.

Los hubo que se vistieron en familia. Fue el caso de Ángela Torres, el pequeño Martín Talegón y su padre, Alberto. Los tres fueron del ratón Mickey Mouse. Les acompañaban Andrea González y su hija, Candela Rodríguez, que tampoco se dejaron el disfraz en casa. “Nos ha tocado reciclar de otros años, pero no queremos que se pierda la tradición”, comentaban los cinco, que tenían un ojo en Begoña y el otro en el cielo. “Vaya pena, con el frío que hizo el año pasado y lo bueno que hace hoy –por ayer– habría quedado un gran desfile”, lamentaban.

Otros apostaron por sacar el traje de súper héroe o de súper villana. Dos de ellos fueron Salvador Ramírez, que iba del Capitán América, y Luisa Blanca, que se caracterizó de Harley Queen, la famosa novia del Joker en la saga de cómics de Batman. Los dos chiquillos luchaban animadamente en los Jardines de la Reina mientras sus madres Mili Flórez y Katerine Belandria charlaban animadamente. Las dos son de Venezuela y llevan tiempo en Gijón. “En nuestro país no hay tanta tradición de carnaval, pero en Gijón es una cosa muy guapa”, afirmaban. Si de rizar el rizo se trataba, ahí estuvieron Isaac Martín y Olaya Laruelo. Él iba de pollo y ella, de osa. Y si ya llamaban poco la atención por el paseo del Muro encima iban patinando. “Tenemos dos pasiones, el disfraz y los patines, así que era el mejor momento para juntarlas. Con el buen tiempo todo el mundo debería haber salido disfrazado”, decían los hermanos.

La jornada festiva de ayer también fue propicia para salir al aire libre entre amigos. Por eso, en la plaza del Marqués quedaron Claudio Fernández, Vanesa Mayo y Salvador Suárez. El disfraz de este último era el más impactante. Iba de samurái y al atuendo no le faltaba ni un solo detalle. Cuenta este grupete que adoran el desfile aunque no pertenecen a ninguna charanga ni grupo. Ellos, como centenares de gijoneses, se echaron ayer a las calles en un “rompan filas” para vivir la magia del Antroxu que no fue.

El Carnaval se despide hoy con intensidad en las redes sociales

El Carnaval de 2021 vivirá hoy su epílogo en las redes sociales. Como toda la edición de este año, bautizada como “Esto no ye el Antroxu de Xixón”, el final de la cita se vivirá a distancia y de forma telemática. “Sardi”, la sardina de este año, seguirá actualizando su perfil de Instagram (@sardinantroxu2021) con más contenido. Además, las doce charangas de Gijón seguirán disfrutando con intensidad la celebración mandando vídeos que se pueden ver tanto en las redes sociales como en la web de la sociedad municipal Divertia. Ayer, se añadió una galería con una selección de fotografías extraídas del Museo del Pueblo de Asturias donde se hace un repaso del Carnaval de Gijón desde el año 1900. Para hoy están previstas diferentes actividades, todas ellas en las redes sociales, para despedir un Carnaval extraño, marcado por la pandemia que ha impedido realizar la mayoría de actividades.

Las plañideras, sin trabajo en un año para “olvidar”

Si no existiera el coronavirus, hoy la plaza del Marqués se llenaría de lágrimas por el entierro de la Sardina, la cita que marca el final del Antroxu o la cuenta atrás para el siguiente. Pero este año, sin desfile ni concursos, tampoco está previsto que se celebre el velatorio por excelencia del Carnaval. Eso quiere decir que las plañideras se han quedado en el paro y sin poder vivir uno de los momentos más llamativos de los festejos. “Este año, que es para olvidar, las lágrimas son por el Carnaval que no se celebró”, aseguraban ayer varios de los clásicos de este evento, que cogerán fuerzas para llorar con más ganas para el año próximo. Lo hacen con un deseo: “Que no falte nadie a la cita”.

Compartir el artículo

stats