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Manuel Bayona García | Gerente del área sanitaria V

“El objetivo es que para el verano se haya vacunado a la mayoría de gijoneses”

“La cepa británica obliga a no bajar la guardia; en el hospital vemos a más gente joven infectada por reuniones familiares”

Manuel Bayona, a la entrada del Hospital de Cabueñes.

Manuel Bayona García (Huelma, Jaén, 1956) aceptó el cargo como gerente del área sanitaria V de Gijón a finales de 2019. Pocos meses después, estalló una pandemia que pasó de puntillas por su Hospital de Cabueñes durante la primera ola, pero que a punto estuvo de llevarlo al colapso en la segunda. Llegó a habilitar diez plantas para pacientes covid y tuvo que lanzar un plan de choque casi de la noche a la mañana tras un repunte de ingresos sin precedentes en el puente del Pilar que motivó manifestaciones semanales de sanitarios desde los rellanos del complejo sanitario. Al mano del andaluz, el hospital ha suprimido sus criticadas camas supletorias y, a raíz de la pandemia, ha ampliado su área de Urgencias y triplicado sus puestos de UCI. El objetivo, ahora, es esperar a que una posible cuarta ola no frene de nuevo la esperada ampliación de Cabueñes y el inicio de las obras del centro de salud de Nuevo Roces.

–La tercera ola, al menos el pico de ingresos, ¿se puede dar por superada en Cabueñes?

–Creo que sí, los datos ahora mismo indican eso, pero no podemos cantar victoria. Me preocupa que en Asturias haya tantos casos de la cepa británica y eso nos obliga a no bajar la guardia. Las medidas que se están aplicando están dando resultado, pero no podemos desescalar de manera abrupta porque en Gijón aún podría haber un repunte en cualquier momento. Esta semana la incidencia acumulada aquí en los últimos 14 días es de 339 casos, así que seguimos por encima de los 325 que se nos marca como máximo. Hemos superado el pico, pero hay que seguir con las restricciones.

–La incidencia llegó a superar los 800 casos en la segunda ola.

–Sí... Tengo cuatro datos sobre eso. En la segunda ola el pico en esa incidencia fue de 885 casos. En la tercera, 591. Es más, en la segunda ola, entre octubre y noviembre, nunca se bajaron de los 600 casos acumulados a 14 días. Es decir, buena parte de la segunda ola superó de seguido el máximo de esta tercera. Con la incidencia en mayores de 65 años pasó lo mismo, en la segunda ola el pico fueron 600 casos y el máximo esta vez ola fue de 315. La tercera ola ha pasado más factura en Avilés, pero la segunda nos dio de lleno a nosotros.

–Eso supuso que ahora haya ofrecido camas libres del hospital para otras áreas. ¿Sigue en pie?

–Sí, la posibilidad existe porque por suerte desde diciembre hubo un buen equilibrio en camas disponibles en plantas covid, precovid y limpias. No era habitual en este hospital tener ese margen. Como en Asturias se trabaja en red, lo ofrecimos. También es verdad que han venido muy pocos pacientes de otras áreas hasta ahora. Sí vino alguno de la UCI de Avilés, por ejemplo.

–El plan de contingencia para evitar el colapso en la segunda ola se volvió a aplicar en enero.

–Sí, ya estaba todo planificado de antes: los equipos multidisciplinares, laboratorio, organización de urgencias... La diferencia entre la tercera y la segunda ola ha sido el tiempo. En la segunda el incremento fue demasiado rápido.

–Y de ahí el casi colapso. ¿Podemos resumir qué pasó en Cabueñes en el puente del Pilar? Las saturación de esos días motivó después manifestaciones de sanitarios durante semanas.

–Mire, el 9 de octubre el hospital amanecía con 324 pacientes. Y de esos, solo 13 eran covid y otros diez de sospechas. Eran 23 enfermos, ocho en la UCI. Solo se ocupaban, en espacio, dos medias plantas. Después pasó el puente del Pilar y el día 13, martes, había 43 pacientes más, de ellos, 36 vinculados al covid. ¿Y qué pasó? Que el hospital estaba lleno de pacientes no covid. Desde el verano estábamos haciendo una campaña intensiva en cirugías para eliminar la lista de espera. Queríamos quitarla antes de que acabase el año. Como el hospital era no covid desde verano, tuvimos que activarnos como hospital covid de la noche a la mañana y con el hospital lleno. Eso hizo que durante una semana tuviésemos una carga de trabajo brutal. Salimos a flote gracias al esfuerzo de los profesionales. Eso nos hizo ver que Cabueñes salió adelante en el momento más difícil. Y también que el hospital hizo sus deberes entre la primera y la segunda ola.

–Prosiga.

–Ese verano trabajamos en infraestructuras, con la segunda unidad de observación en Urgencias, haciendo dobles circuitos y separando el área pediátrica. También cambiamos todo el sistema de climatización por uno más potente que renueva el aire, y reforzamos la instalación de puestos de oxígeno. El equipo de ingeniería hizo un trabajo brutal. Dotamos al hospital para poder poner respiradores en todas las camas posibles, se habilitó el área de Despertar como posible UCI. Fueron grandes cambios. Pudimos pasar de tener 14 camas UCI a tener 44, dejando 36 para covid. Ese tiempo de margen nos permitió estar mejor preparados, pero la segunda ola empezó en Gijón con demasiada intensidad. Hubo más casos que en ningún otro municipio del Principado, y en muy poco tiempo. Abrimos todos los espacios y quedaron consolidados en esta tercera ola, en la que el trabajo fue más rodado.

–Las manifestaciones de sanitarios en los rellanos, comentamos en su día, coincidieron cuando también estaban a punto de entrar Jove y Cruz Roja como apoyos. ¿Podría haberse hecho antes?

–Esos primeros días Cabueñes no tenía posibilidad de derivar pacientes, todavía se estaban produciendo los cambios en Cruz Roja y en Jove. Y no estaba el H144, que ha sido un elemento de gran ayuda estas últimas semanas porque es un recurso muy flexible. Tuvimos que aguantar solos.

–También hubo brotes internos, como en Microbiología.

–Y nos condicionó tremendamente. Hay que recordar el sistema de laboratorio que habíamos montado. Empezamos a hacer pruebas de PCR en abril, a mediados. Y para eso aumentamos el laboratorio, contratamos personal, pusimos máquinas... Analizábamos a personal, a ingresados, a pacientes que nos pedía atención primaria. Fueron, no sé, más de 100.000 PCR y miles de tests rápidos. Y cayó el brote en el laboratorio en el momento más crucial. Afortunadamente se solventó y ahora funciona a tope. También hay que entender cómo fueron las olas. La primera lo que tuvimos fundamentalmente eran mayores de residencia. En la segunda, gente madura pero vinculada al ocio y movilidad. Y la tercera hemos tenido gente más joven, con menos morbilidad, que se contagiaron sobre todo por agrupaciones familiares, pero que no enfermaron tanto.

–Ahora sigue habiendo cambios en el hospital. ¿Qué se está haciendo en la planta de Pediatría?

–Hay seis habitaciones con bañeras para niños pequeños que no las podían usar los adultos. Las estamos cambiando, haremos dos tandas, para reacondicionarlas y que se puedan usar por personas de cualquier edad. Así ganamos seis camas, en caso de necesidad.

–El área pediátrica sigue trasladada de planta en un espacio más pequeño. Las obras, entonces, no implican que el servicio no vaya a regresar a su área original más amplia llegado el momento, ¿no?

–Exactamente. Se irá viendo.

–¿Podemos garantizar que la ampliación de Cabueñes comenzará este año?

–Creo que la vida sigue a pesar del covid. Hay proyectos en los que hay que seguir trabajando. Ampliar Cabueñes y seguir con los planes en los centros de salud es importante y hay que avanzar este año, sí.

–¿Qué pasará con los puntos de atención continuada? ¿Volverán a abrir todos los centros de salud en horario de tarde para urgencias o se quedarán reunificados como ahora?

–De ese tema, que yo sepa, no se ha hablado todavía. No lo sé.

–¿Se han jubilado muchos sanitarios? Comentaban los trabajadores que muchos compañeros que podrían pedir prorrogar su tiempo en activo no lo han hecho por la presión de la pandemia.

–Se han jubilado cosa de un centenar de trabajadores. Es comprensible, la gente está agotada y ha sido un año muy duro. Entiendo que haya gente que ve que tiene ya una edad y prefiere dejarlo ahora.

–Algunos van a ayudar con las vacunaciones.

–Sí, se pueden ofrecer al Sespa. Las vacunas son la gran esperanza y en Asturias tenemos una gran cobertura, un programa que es un éxito. El porcentaje de vacunados es alto y ya se ha visto su eficacia en residencias. Los cribados que hacemos en trabajadores de residencias cada 15 días muestran que los pocos que salen positivos corresponden a gente que no se ha vacunado, por el motivo que sea. Ha sido raro ver un positivo en un empleado ya vacunado. El resultado de la vacuna ya hemos visto que funciona.

–¿Aprovechamos para aclarar el lapsus de su amiga Massiel? Aseguró en televisión hace unos días que el gerente de Cabueñes se había puesto la segunda dosis.

–(Ríe). No merece la pena, los sindicatos ya lo saben, se lo he explicado. Me he puesto la primera dosis, cuando me tocaba.

–Massiel había dicho la segunda.

–Ya, pero quería decir la primera. La segunda dosis me toca en marzo. El equipo directivo de Cabueñes se vacunó cuando se acabó de vacunar al resto de sanitarios.

–En el grupo 3.

–Sí.

–¿Se cumplieron bien los protocolos en vacunaciones?

–Absolutamente. Hay que entender que durante toda esta campaña de vacunación va a seguir habiendo debate. No podemos entrar en matices colectivo por colectivo. Todo el mundo quiere ponerse la vacuna y puede sentir que la merece antes, pero nosotros tenemos que seguir las pautas marcadas por Sanidad. Y los equipos directivos tienen que vacunarse también, cuando les toque, no solo por que están dentro del hospital y hay que protegerlos, sino para evitar que sean contagiadores.

–¿Se podrá aprovechar la carpa militar como centro de vacunación? Ya se ha aprovechado para inmunizar a sanitarios y evitaría colas en centros de salud.

–Sí, seguramente sirva para vacunar con AstraZeneca a trabajadores esenciales de menos de 55 años.

–¿Por?

–Bueno, no sé exactamente cómo se va a organizar, pero sería lo más lógico porque para desplazarse hasta aquí es mejor evitar que sea gente mayor y con problemas de movilidad. Ese espacio está ahí y se puede aprovechar, aunque su usará solo unos días, en breve, porque luego hay que devolvérsela al Ejército, que no es nuestra. Luego ya veremos qué otros espacios usamos. Están los pabellones municipales, la Casa del Mar... Según vayan llegando más vacunas, que es lo que necesitamos, se irán abriendo recursos nuevos. En abril habrá cuatro vacunas disponibles y más dosis. Y luego a partir de junio, habrá seis vacunas disponibles y muchas más dosis. No se va a escatimar en recursos a abrir para vacunar tan rápido como se pueda. Nuestro objetivo es que para el verano la práctica totalidad de la población esté vacunada.

Manuel Bayona. Juan Plaza

“Poner un centro prefabricado mientras se reforma La Camocha sería muy sencillo”

–Reformar el centro de salud de La Camocha, edificar el de Nuevo Roces, trasladar la pediatría de Perchera al centro de especialidades de Pumarín. Son los tres retos en atención primaria de este año, ¿hay plazos?

–Y el otro reto es la ampliación del hospital. Los cuatro tienen asignación presupuestaria este año y tienen que cumplirse. De la ampliación de Cabueñes lo fundamental era tener la licencia de obra y ya la tenemos. De Nuevo Roces, el proyecto está desarrollado. En La Camocha ya se están haciendo catas en terreno para ver hasta dónde podemos excavar para hacer un aparcamiento. El traslado de Perchera, al ser una reforma en otro edificio, tampoco va a tener problemas. No sé decir fechas todavía, pero está todo en marcha.

–El de La Camocha parece que será el proyecto con menos avances este año. El plan funcional se acaba de presentar.

–Bueno, o no. A mí la consejería de Salud me ha dicho que reformar La Camocha es prioritario y los vecinos ven bien que instalemos unos habitáculos prefabricados para mantener la asistencia mientras se reforma el centro.

–Como los despachos prefabricados de administrativos en Cabueñes.

–Eso, sí. Y para instalar eso tardas una semana, es muy sencillo. La Camocha triplicará su espacio y tendrá consultas más grandes. Y Perchera, al trasladarse, tendrá también dos consultas de pediatras, dos de enfermeras y una polivalente. Ambos proyectos están muy bien y no son complejos de hacer.

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