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La planta de combustible de plástico en El Musel superará los 120 millones en una segunda fase

El incremento a medio plazo de la inversión permitiría duplicar la producción inicial de la factoría, de 50.000 a 100.000 toneladas

Zona de la ampliación de El Musel.

El plan para implantar una fábrica de transformación de residuos de plástico en biocombustible en El Musel, adelantado el pasado viernes por LA NUEVA ESPAÑA, supondrá a largo plazo una inversión de más de 120 millones de euros, con el desarrollo previsto de una segunda fase cuya ejecución dependerá de cómo evolucione la comercialización del producto, según aseguraron ayer desde Proyectos de Economía Circular (Preco), sociedad del grupo Argos que impulsa este proyecto. Su intención es captar plásticos de origen industrial.

La sociedad ya tiene operativa una planta piloto en el Ecoparque de residuos de Toledo, en la que produce al año 20.000 toneladas de un líquido que pueden emplear las petroleras para mezclar con sus combustibles refinados del petróleo o que también se puede utilizar en la industria química para la fabricación de plásticos o de otro tipo de productos previo refino de este biolíquido. El plan de expansión de la compañía incluye la construcción de nuevas factorías no sólo en Gijón sino también en las proximidades de Aveiro (Portugal), en Puertollano (Ciudad Real) y en La Rioja. La empresa también tiene la vista puesta en Italia.

El de El Musel es uno de los más ambiciosos, al estar ubicado en un puerto, lo que facilitará la exportación de buena parte de su producción a potenciales clientes del norte de Europa. La primera fase del proyecto está madura, con una inversión que la empresa cifra en 74 millones de euros para poner en marcha las primeras diez líneas de producción –en las que tratar al menos 100.000 toneladas de plástico– junto a equipamientos comunes para la primera y segunda fase del proyecto. Esa segunda fase consiste en otras diez líneas de producción en las que se invertirán 50 millones de euros adicionales.

La planta de combustible de plástico en El Musel superará los 120 millones en una segunda fase

El proyecto fue captado por el Idepa el pasado verano y la empresa ya ha mostrado al Puerto su interés por obtener inicialmente una concesión de 30.000 metros cuadrados, ampliables en otros 20.000 para la segunda fase. Se ubicará en la ampliación de El Musel, en una parcela ubicada junto a la regasificadora y alejada de primera linea de muelle.

La previsión es que la primera fase esté operativa en dos años, de los que año y medio son necesarios para la obra civil y los otros seis meses para la tramitación administrativa. Su capacidad de producción será de unas 50.000 toneladas de material aprovechable, fundamentalmente biocombustible. La segunda fase se pondría en marcha una vez que la primera esté a plena producción, esto es, que la empresa tenga asegurada la comercialización de esas 50.000 toneladas anuales.

En cuanto al aprovisionamiento de los plásticos de origen industrial, no provendrían sólo de Asturias, sino de comunidades autónomas limítrofes, pudiendo también, llegado el caso, incorporar una parte de residuos plásticos urbanos.

El proyecto se estima que genere unos 300 empleos, de ellos entre 70 y 90 directos. De hecho, la fábrica que la compañía va a construir cerca de Aveiro, con un tamaño menor que la de El Musel (producirá 30.000 toneladas anuales), requerirá de la incorporación de 70 trabajadores y generará 200 empleos indirectos. Preco acaba de cerrar un acuerdo con la compañía lusa Prio (filial de la petrolera española Disa) para suministrarle al año 20.000 toneladas del biocombustible que producirá en Aveiro.

El proceso que emplea Preco para obtener combustible y carbón sintético a partir de residuos plásticos consiste en la pirólisis, que es someter los plásticos a altas temperaturas en una atmósfera carente de oxígeno (evitando así que ardan) para descomponerlos en el aceite que puede emplearse directamente por la industria petrolera o mediante una purificación en otras industrias químicas; una fracción menor en carbón sintético que tendrá salida para usos industriales y también se generará gas de síntesis que la empresa utilizará como combustible para generar el calor necesario en sus instalaciones fabriles.

La tecnología desarrollada por este grupo industrial permite el tratamiento de otros residuos, además de plásticos.

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