La autorización para la construcción de una nueva ITV en la parroquia de Granda será “una cuestión puramente técnica” y, por lo tanto, “nadie puede pedir al Ayuntamiento que prevarique: que deneguemos el permiso si es que esta actividad es posible en esa parcela”.

La alcaldesa de Gijón, Ana González, se mostró ayer taxativa ante las críticas a la construcción de una estación de ITV en una finca calificada como suelo industrial en la parroquia rural de Granda, y que ha levantado ampollas entre los vecinos que temen verse sepultados entre el previsible aluvión de tráfico.

En este sentido, la regidora insistió en que serán los técnicos municipales quienes valorarán la concesión del permiso en función a lo que se establece en el Plan General de Ordenación (PGO). Una calificación que, por otra parte, “los grupos en la oposición ya sabían que era terreno industrial cuando se aprobó el PGO.

Es más, la Cooperativa de Agricultores, a quien el Principado compró el terreno, “ya pidió cuando se tramitaba el PGO circunscribir esa parcela a actividad a agroganadera y la petición fue rechazada”, por lo que “aunque a mí no me gusta el PGO y mi partido no votó a favor, como alcaldesa mi obligación es sacarlo adelante.

Con todo ello, el personal técnico “será el que analice la licencia teniendo en cuenta la calificación de esa fina y de ese entorno y se la dará o no. Si pueden poner ahí la ITV tendrá licencia; si no pueden, no la tendrá. Y si pueden, pero es necesario pedirles algo, se lo pedirán. Si se necesita un estudio sobre movilidad, los técnicos lo pedirán”, zanjó González, antes de dejar claro que “tenemos que recordar quién votó el plan”. “Ya se sabía que se estaba destinando una finca para industria y por lo tanto no se puede pedir al gobierno que prevarique”, insistió la Alcaldesa.

La intención de levantar una nave junto al matadero para la inspección de vehículos cuenta con el rechazo frontal de los vecinos, que piden que se busque localizaciones alternativas en entornos industriales.