La Universidad de Oviedo acaba de presentar sus conclusiones sobre la contaminación en el anillo navegable del Piles. El estudio presenta cinco conclusiones fundamentales, que reconocen la presencia de fitoplancton tóxico en las zonas de menos renovación de agua. O sea, en el anillo navegable y en las lagunas del parque Isabel La Católica. La investigación recomienda para aliviar este problema "asegurar la máxima renovación del caudal de agua, evitando su estancamiento y/o retención" con efecto de "minimizar" los efectos "ecológicos y toxicológicos producidos por la acumulación de biomasa de productores primarios y de la proliferación de fitoplancton tóxico". El anillo navegable, tal y como se ha venido usando hasta el año pasado, es "incompatible" con la renaturalización del Piles, ahondan estos expertos, que advierten de la presencia de cianobacterias incluso cuando las compuertas de este anillo están bajadas.

La primera conclusión del informe es que existen dos sistemas hidrológicos independientes en la cuenca del río Piles, con "una elevada cantidad de nutrientes inorgánicos y una alta propensión a la producción y el desarrollo de comunidades de cianobacterias y microalgas eucariotas productoras de toxinas". Esta presencia se ha confirmado por su identificación taxonómica por dos métodos.

La segunda es que existe una zona acotada susceptible a la producción y desarrollo de fitoplancton tóxico, "que se limita a los puntos que presentan escasa renovación y elevado tiempo de retención de agua". En concreto, se refiere el informe al anillo navegable y a las lagunas del parque Isabel La Católica. Si bien, el estudio "no encuentra evidencias de proliferación de este tipo de fitoplancton en el resto de estaciones de muestreo".

La tercera conclusión es que se han liberado toxinas al medio ambiente, según confirman las muestras tomadas al final de la temporada estival. "La presencia de estas toxinas puede generar problemas medioambientales y de salud a corto, medio y largo plazo", concluye el documento. "Los indicadores analizados evidencian la existencia de un problema de baja calidad medioambiental de las aguas en la zona de estudio, tanto por la presencia de cianobacterias y microalgas eucariotas productoras de toxinas, como por la presencia de dichas toxinas en estas aguas", señala el texto. Sus autores vinculan la presencia de estas toxinas al riesgo de contraer problemas dermatológicos y digestivos, pero el tipo de sustancias detectadas están relacionadas, incluso, con enfermedades más graves, como el cáncer de hígado.

Así las cosas, con los resultados obtenidos la recomendación de la Universidad de Oviedo es "adoptar las medidas necesarias para corregir el empobrecimiento de la calidad de las aguas en el ámbito de estudio", especialmente en "las lagunas del parque Isabel La Católica" y el "anillo navegable". En concreto, lo que recomienda el informe es "minimizar el aporte de nutrientes al agua" y "asegurar la máxima renovación del caudal de agua, evitando su estancamiento o retención" para "minizar los efectos ecológicos y toxicológicos. Los autores recuerdan que el muestre realizado en toda la cuenca del Piles se llevó a cabo entre mayo y octubre del año pasado, cuando las compuertas del anillo navegable ya estaban bajadas. Intuyen que, de haberse mantenido el funcionamiento habitual del anillo, sus resultados hubiesen sido "bastante peores" y explican que la simple existencia de estas compuertas ya provocan un estancamiento parcial del agua. En esencia, el problema en el Piles radica en que, al haberse intervenido de tantas formas (instalando compuertas, modificando su cauce y acotándolo con muros de hormigón no permeables), la corriente del río se ve interferida y acaba estancándose, produciendo algas y otras sustancias que alimentan y fortalecen el surgimiento de bacterias.

Además, también se han trasladado las conclusiones de un informe de la Universidad Politécnica de Madrid. Dichas conclusiones reconocen en primer lugar el deterioro progresivo del estuario del Piles que "a día de hoy limitan su completa renaturalización". Si bien, el texto reconoce que hay un "gran potencial de restauración de los cursos fluviales del Piles y el Peña Francia" donde "se mantienen crecidas y estiajes, aporte de gravas, y se puede recuperar el funcionamiento natural eliminando barreras transversales y revestimientos laterales". Este informe dice que hay "una elevada probabilidad de éxito de la restauración a corto plazo, observando el efecto de apertura de las compuertas de los azudes en el inicio de la mejora del lecho, la diversidad del hábitat físico y la regeneración natural de alisos y sauces". Por último, destaca el informe del centro madrileño que "las intervenciones tienden a recuperar 'la naturalidad' de los ecosistemas resultan ser, a largo plazo, económicamente más baratas y socialmente más equitativas". En este último año con las compuertas del anillo bajadas, de hecho, estos expertos ya han detectado los primeros signos de recuperación de un río que, no obstante, para renaturalizarse exigiría una reforma más ambiciosa, retirando escolleras y muros de hormigón (sustituyendo los materiales por otros más permeables) y plantando vegetación propia de ríos no urbanos. Advierten, no obstante, que recuperar por completo el estuario "no es posible" porque el río "es demasiado artificial" como para poder tener una desembocadura natural.