Un informe técnico medioambiental sobre el impacto de la futura estación de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de Granda alerta de los problemas de accesibilidad que la infraestructura puede entrañar para las vías de la parroquia, de la posibilidad de que la parcela de la estación sea suelo contaminado y del impacto acústico que puede generar el equipamiento en las viviendas cercanas. El documento, elaborado por una consultoría a petición de la asociación de vecinos, concluye que “es necesario” realizar un estudio detallado sobre la accesibilidad, otro sobre la actividad industrial que se ha venido desarrollando en el lugar y por último exámenes acústicos en las viviendas cercanas.
La ITV de Granda, que anunció Itvasa a finales de año, se construirá en una nave cercana al matadero municipal que era propiedad de La Cooperativa de Agricultores. La infraestructura, pendiente de obtener la licencia municipal para comenzar las obras, se ubicará en un suelo que el Plan General de Ordenación señala que es de uso industrial. Dará servicio a vehículos ligeros y ciclomotores y ha generado gran recelo entre los vecinos y la oposición, que exigen que se ubique “en un lugar más adecuado”.
El estudio se centra en tres pilares. A saber, los problemas de accesibilidad, la posibilidad de que el subsuelo de la parcela pueda estar contaminado y el impacto acústico que generará la estación. En cuanto al primer apartado, el documento analiza el Real Decreto 920/2017, que regula las ITVs y que dicta que estas tienen que estar en “lugares de fácil acceso y en los que el flujo de vehículos no provoque conflictos de tránsito en la zona”. A ese respecto, el documento analiza que las vías que darán servicio a la estación pertenecen a la red local de carreteras y que algunas “carecen de señalización horizontal o en mal estado, con escasa anchura de los carriles”.
Los técnicos, en base a que la ITV de Granda contará con seis líneas para vehículos ligeros y otra para ciclomotores, calculan que la infraestructura tendrá una potencial afluencia de entre 300 y 360 vehículos y entre 30 y 50 ciclomotores al día. Y, aunque señala que a falta de un estudio más detallado “no se puede determinar el efecto que ese volumen adicional pueda suponer” –de ahí que pidan un estudio más detallado– sí que se indica que el incremento puede “triplicar el tráfico actual”. Lo que entrañaría “riesgos de colisión y de atropello”, que incumplirían lo que dicta el Real Decreto. En el caso de que dicho estudio pormenorizado revele que las vías no cumplen los requisitos, señalan los técnicos que “se debería cambiar la ubicación o establecer medidas correctoras”. Es decir, una mejora de la red de carreteras.
En cuanto a la posibilidad de que el suelo se encuentre potencialmente contaminado, los técnicos indican que en la parcela se ha venido desarrollando actividad cárnica. Pero que , en base plano de situación sobre la parcela y saneamiento que acompaña al pliego del concurso, hay un depósito de gasoleo anexo al edificio secundario, que se encuentra en ruinas. También hay una caseta de bombas y un transformador, ambos sin uso, que pueden ser “potenciales focos de contaminación del subsuelo”. “La adquisición de suelo contaminado podría implicar un quebranto de las cuentas de Itvasa”, advierten. Por eso piden detallar la actividad industrial a lo largo de los años.
En cuanto a la contaminación acústica, el documento detalla que hay viviendas unifamilares a unos 150-220 metros del entorno de la estación. Estas se encuentran en un plano más elevado que la estación “sin que haya barreras que generen sombras acústicas”. Además, el documento resalta que dichas residencias ya soportan un nivel elevado de ruido por su proximidad a la autovía AS-1 (La Minera). Los técnicos reclaman que es necesario obtener los niveles de inmisión en dichas viviendas por horarios antes de que se otorgue la licencia.
