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Dos heridos tras arrollar una furgoneta a una moto con dos viajeros en Gijón

El conductor implicado asegura que el motorista no vio un ceda el paso: “Me temí lo peor”

Los servicios médicos atienden a los accidentados en el cruce de las calles Dolores y Consolación. | P. P.

“Los vimos volar”. Así describieron anoche varios testigos un accidente de tráfico que se produjo en la intersección de las calles Dolores y Consolación, en el barrio gijonés de Pumarín. Una furgoneta blanca, conducida por un varón, arrolló a una motocicleta ocupada por una pareja, un hombre y una mujer. Debido a la violencia del impacto, los dos ocupantes de la moto salieron despedidos varios metros y tuvieron que ser evacuados en una UVI móvil al Hospital de Cabueñes.

El suceso se produjo sobre las ocho de la tarde. Según explicó el conductor de la furgoneta, él bajaba en dirección a la calle San Gabriel. O sea, hacia el sur de la ciudad. El impacto se produjo en la intersección con la calle Consolación, que es por donde circulaba la moto, que estaría obligada a ceder el paso. Cuenta el conductor que el otro vehículo implicado se saltó la señal, sin que a él le diera tiempo a frenar. “Fue un susto muy grande. Al chocar me di cuenta de que era grave. Me temí lo peor”, aseguró el varón, que se mantuvo siempre en el lugar de accidente.

El conductor de la furgoneta, aún con el susto en el cuerpo, aseguró que cogió la mano de la mujer, que iba de paquete en la moto, hasta la llegada de las ambulancias y de la Policía Local. Varios agentes regularon el tráfico e impedían el paso de otros turismos a la intersección para facilitar las labores de los servicios médicos. Los dos heridos fueron evacuados al Hospital de Cabueñes. El varón, de 30 años, responde a las iniciales O. G. P. y presentaba policontusiones. El mismo diagnóstico le dieron a la mujer, de 26 años.

Los vecinos de la calle explicaron que ese cruce es particularmente peligroso y que los accidentes de tráfico son habituales. Los dueños de un bar cercano aseguran que ya en una ocasión un turismo llegó a empotrarse contra el establecimiento. Los residentes creen que, aunque el cruce está regulado con una señal vertical de ceda el paso, esta se encuentra en un lugar muy poco visible para los conductores. Especialmente si es de noche, ya que se halla anclada a un edificio que hace esquina en el cruce. También apuntan que son comunes los excesos de velocidad en la calle Dolores, una vía de una sola dirección y con un carril. “Es un cruce maldito”, explicaron.

Además de las lesiones de los motoristas, se produjeron considerables daños materiales en los dos vehículos implicados en el siniestro. La moto quedó en mal estado y la furgoneta acabó con la luna destrozada y un severo golpe en el lateral izquierdo, que dejó inservible el faro. Los vecinos reclaman un semáforo para poner coto a los accidentes.

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