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Cabueñes inicia un plan de choque para desatascar las cirugías atrasadas por el virus

Las intervenciones no urgentes acumulan un enorme retraso debido a la saturación que arrastraban las UCI desde octubre

Imagen de archivo de un pasillo del Hospital de Cabueñes. Marcos León

El Hospital de Cabueñes acaba de iniciar la primera fase de un plan de choque con el que tratará de aliviar la enorme lista de espera acumulada en quirófano por las intervenciones demoradas por la pandemia. El centro sanitario, tras un año centrado principalmente en cirugías urgentes y oncológicas, ha reabierto ya esta semana su unidad de cuidados sin ingreso (UCSI) –usada durante meses como UCI por el covid– para retomar la actividad con cirugías no tan urgentes. La idea, confirma la gerencia sanitaria, es “acelerar lo que se pueda” la citación de operaciones, aunque con los ojos puestos en una cuarta ola que seguramente obligue a echar de nuevo el freno hasta bien avanzada la primavera. “Hasta que nos deje el virus”, resume Manuel Bayona, gerente del área sanitaria de Gijón.

Lo cierto es que el número de personas que están esperando hoy por una cirugía en el Hospital de Cabueñes es un dato guardado con mucho recelo por la Consejería de Salud: lleva sin actualizar los balances mensuales en su web desde septiembre y no facilita información. El alcance del problema, por tanto, se sabe a trozos. Se sabe, por ejemplo, que el número de enfermos que llevaban más de seis meses aguardando por una intervención quirúrgica –estos 180 días aglutinan siempre cirugías no urgentes, que son las que por sistema se han aplazado– eran 217 el pasado septiembre. El mismo mes del año anterior eran 81. También hay datos del verano: en julio y agosto de 2020 había a la cola 466 y 316 pacientes, respectivamente, cuando habían sido 37 y 62 en 2019. El repunte ha sido exponencial.

Cabueñes ya había iniciado el 2020 con cierto atasco, probablemente por la epidemia de la gripe, y tenía en enero a 71 enfermos con estos 180 días de demora; el año anterior solo había uno. Y el mes de febrero se saldó con 26 usuarios en lista de espera en 2020, frente a los 17 del año anterior. Del año de pandemia, sin embargo, no hay datos ni de marzo a junio, ni de octubre a diciembre, cuando las restricciones en quirófanos fueron mayores. Tampoco se ha informado del nivel de espera en lo que va de 2021. El personal intuye que los datos reales son “bestiales en todos los hospitales públicos”.

Toda la red sanitaria acumula retrasos de este estilo, aunque en Gijón el punto de inflexión lo marcó una agresiva segunda ola que a punto estuvo de colapsar al hospital. Por ese entonces, Cabueñes había vuelto a operar y trató de reactivarse, pero llegó el fatídico puente del Pilar. El hospital tenía un puñado de enfermos por covid-19 el día 9 de octubre y regresó el día 13, siguiente día hábil (la actividad es diaria, pero se reduce en festivos), con más del doble y con el resto del hospital lleno por enfermos de otras patologías y quirúrgicos. Esa saturación motivó quejas entre el personal y es lo que anima a retomar ahora la actividad quirúrgica con más cautela.

Este plan de choque –que más adelante incluirá horas extra en horario de tarde– lleva previsto semanas y se retomará tras el fin de la cuarta ola, pero el hospital no ha estado preparado hasta ahora. Por primera vez en meses, en el complejo sanitario hay ahora menos de 50 pacientes ingresados con relación con el virus. Ayer había 24 infectados en alguna de sus dos plantas, trece en sus dos UCI y cinco en el área de sospechas. Durante buena parte de la segunda y tercera olas la tónica diaria era duplicar estos números.

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