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Diez años de Sanz Crespo: de estación de usar y tirar a un plan para ser intermodal

Transportes prioriza para el futuro la infraestructura, inaugurada como provisional hace hoy una década, por encima de Moreda y el Museo

La estación provisional de Sanz Crespo. Marcos León

El secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Víctor Morlán; el consejero de Infraestructuras del Principado de Asturias, Francisco González Buendía; la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, y un amplio listado de altos cargos de Feve y Renfe pisaban, entre sonrisas y felicitaciones, unos pasillos y andenes de estreno en la estación ferroviaria de Sanz Crespo. Era el 28 de marzo de 2011. Hoy, cuando se cumplen diez años de esa jornada inaugural, Sanz Crespo no debería estar, pero está. Y no sólo tiene presente sino que el último cambio de guión en la larga película del plan de vías gijonés le garantiza más futuro que pasado. Algo con lo que nadie contaba hace menos de un mes.

Sanz Crespo nació para morir. Una estación provisional que permitiera que los trenes siguieran llegando a Gijón mientras se construía una gran estación intermodal en Moreda, no muy lejos. Ni se construyó esa estación en Moreda, ni se cuenta ahora con hacer la que en 2019 se concretó para el entorno del Museo del Ferrocarril. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (heredero de Fomento) y Adif planteaban hace unas semanas como alternativa más viable en el actual contexto socioeconómico reconvertir, adecuándola y ampliándola, la provisional de Sanz Crespo en la intermodal de Gijón.

Una obra en dos fases, con un coste de reforma física del actual edificio de unos 20 millones, una estación de cercanías a 14 metros de profundidad para conectarse con el metrotrén y sus cinco estaciones hasta Cabueñes, dos aparcamientos de 230 y 127 plazas, cuatro andenes en superficie para Feve y Larga Distancia y una losa sobre la que se diseñaría un nuevo vial de acceso a la ciudad y una nueva trama urbana de conexión entre barrios con zonas verdes y de estancia. La fachada principal de esta nueva estación daría a una reformulada calle de Carlos Marx ya sin viaducto.

La decisión no está tomada. Sobre todo porque el Ayuntamiento y el Principado aún no lo tienen claro y por ello han exigido el desarrollo de varios estudios comparativos a nivel económico, técnico, de integración urbana, movilidad y tiempos de desarrollo de todas las propuestas planteadas a lo largo de los años. Pero Adif, que desde mediados del año pasado es la propietaria de la estación que antes era de la sociedad Gijón al Norte, sí que apuesta por hacer de Sanz Crespo algo más que una estación provisional.

Sea Sanz Crespo la estación intermodal definitiva o tenga que mantenerse como provisional hasta que se construya una nueva, lo seguro es que no serán diez las últimas velas que se coloquen en su honor sobre una tarta de aniversario. Pase lo que pase su hueco en la historia de las estaciones de Gijón está garantizado.

Es el presente como lo fueron en su momento las derribadas estaciones de El Humedal y Jovellanos, que empezaron a funcionar en la década de los noventa del siglo pasado para acabar desapareciendo en favor de un proyecto de ciudad basado en la eliminación de la barrera ferroviaria, el plan de vías, que no ha cosechado más que broncas políticas, bocetos y retrasos.

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