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Manuel Vega-Arango, cuarenta años después de "Volver a empezar": "Me hice muy amigo de Ferrandis y Bódalo"

“El sportinguismo es el fondo de la película”, asegura el expresidente del club rojiblanco

Manuel Vega-Arango, en el Club de Tenis de Gijón. Juan Plaza

Manuel Vega-Arango (Luanco, 1938) aguarda con gesto tranquilo en una mesa circular del Club de Tenis, donde acude con cierta regularidad. Vestido de forma impoluta, su figura imprime el respeto, la elegancia y la amabilidad de siempre. En su inabarcable trayectoria tiene un curioso honor: es el único presidente de la historia del fútbol español que ha “ganado” un “Oscar”. Fue por su participación en la inolvidable “Volver a empezar” de José Luis Garci, donde se interpretó a sí mismo. Lo que viene a continuación son sus experiencias, la intrahistoria de cómo vivió Vega-Arango un rodaje del que se cumplen cuatro décadas.

La película. “Tengo unos recuerdos imborrables de la cinta. Hice mucha amistad con Antonio Ferrandis y Pepe Bódalo. Fueron años inolvidables y muy felices en todos los sentidos. La película es entrañable y bonita. El sportinguismo tiene un gran recuerdo de ella porque es el fondo de la obra”.

Garci, puertas abiertas. “Todo surgió de una forma muy simple. Garci se puso en contacto conmigo, que era el presidente. Le dije que tenía las puertas abiertas de par en par de El Molinón y de Mareo. Pasé mucho tiempo con José Luis. El rodaje duró varios días y comimos y cenamos en varias ocasiones. Todo fue sencillo y agradable”.

Bódalo, al director. “Estoy hasta los cojones”. “Garci es un gran director, pero es muy exigente. Hay una anécdota en la escena de la comida en Mareo. Yo me sentaba al lado del personaje de Ferrandis, que era el que recibía el homenaje del club, y del Roxu, el personaje que interpretaba Pepe Bódalo, que era el que tenía que dar el discurso en los cafés. Garci le cortó una y otra vez y, a la décima, Bódalo, que era muy educado, le dijo a Garci: ‘José Luis, estoy hasta los cojones’. Después todo siguió con normalidad, pero nos reímos mucho”.

La imagen del Sporting. “Soy el menos indicado para hablar. La historia está ahí. Fueron años inenarrables. El subcampeonato de Liga, las dos finales de Copa, jugar la UEFA, casi jugar la Recopa... Fueron años maravillosos. El club era una gran familia y la mayoría de aquellos jugadores tienen hoy amistad íntima. Muchos llegaron a ser internacionales”.

La relación con Ferrandis y Bódalo. “Hice mucha amistad con ellos. Eran fenomenales. Como a Garci, les dimos la insignia de oro del club. Eran modestos y sencillos. No presumían de ser actores. Sentí mucho su fallecimiento. Bódalo era simpatiquísimo, siempre estaba de broma. Encajaron perfectamente en nosotros y en el club”.

Grabar en El Molinón. “Aquello era todo cosa de José Luis. Le dije que estaba en su casa, que no tenía que pedir permiso. Él decía que quería grabar en Mareo y El Molinón. Le dije a José Manuel Fernández, el gran gerente que tuvo el Sporting y que hizo una gran amistad con Garci, que le diera lo que pidiera”.

Garci: “Don Manuel, hemos ganado el Oscar”. “No recuerdo si estaba en Madrid o en Asturias. Recuerdo que lo festejamos, que estuvimos pendientes. Después del trato que tuvimos y del entendimiento que hubo, la alegría que nos llevamos fue inolvidable. Garci me llamó desde Los Ángeles. Me dijo ‘Don Manuel, lo hemos conseguido’. Luego lo celebramos en Casa Gerardo, en Prendes. Mi amistad con José Luis es patente. Todos quedamos muy marcados por esos meses en Gijón. Él sintió mucho el fallecimiento de José Manuel Fernández”.

La secuencia del partido. “Estaba sentado al lado de Ferrandis y Bódalo estaba muy cerca. También estaba Alfonso Cabeza, el presidente del Atlético de por entonces, que también era muy célebre y se estaba fumando un puro. Garci es del Atleti, supongo que nos eligió a nosotros porque se informaría del club, que por entonces era muy querido y respetado en toda España. Se hacían las cosas con señorío y con elegancia. No es una crítica, pero el fútbol de antes no es el de hoy. El de antes era más humano, más cercano a la gente”.

La relación con Garci. “Siempre que venía a Gijón me llamaba y nos veíamos. Tengo un gran recuerdo de él y la amistad y el agradecimiento siguen ahí. Hay que ser agradecidos en esta vida. Le dio a Gijón y a Asturias un conocimiento fuera de nuestro entorno muy grande. Que una película premiada tuviera de fondo a un jugador nuestro hay que agradecerlo porque pudo grabarla en cualquier otro club porque tendría las puertas abiertas”.

El Sporting de hoy. Quiero lo mejor para el club. No quiero entrar en puntualizaciones. Nací con una camiseta rojiblanca y así moriré. Ahí está mi historia. Tuve una directiva estupenda en la que no se pensaba en el dinero sino en el club. Tuve entrenadores buenos y ahí está cómo se hizo Mareo”.

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