El joven ganadero de 22 años acusado de un delito continuado de maltrato animal por dejar morir, al menos, a diez de sus vacas, ha aceptado esta mañana un año de cárcel y dos años de prohibición para el desempeño de cualquier oficio que tenga relación con animales. El procesado alcanzó un acuerdo, además, que le permitirá su ingreso en prisión siempre y cuando no cometa delito alguno durante los próximos dos años, cumpla con la prohibición para la tenencia de animales y abone la responsabilidad civil. El joven presentó esta mañana un informe médico que confirmaba que en el momento de los hechos padecía un trastorno adaptativo que afectaba ligeramente sus capacidades, motivo por el que el Ministerio Fiscal rebajó su petición inicial de 18 meses de prisión.

El procesado, además, deberá indemnizar por un delito leve de daños con 138,24 euros a la propietaria de una finca contigua a la que trasladó a finales de enero de 2020 a al menos 16 reses sin contar con autorización ni permiso de esta. La afectada ejerció la acusación particular, representada por la letrada Patricia Prendes.

Este individuo, según el relato del fiscal, era el titular de una explotación ganadero con ganado bovino, cerca de 50 vacas, dos equinos y un cerdo, según refleja el escrito de acusación del fiscal. “De manera injustificada, en diciembre de 2019 se despreocupó totalmente de sus reses, a las que dejó de prestar los cuidados y el sustento necesario para su supervivencia”, describe el escrito de acusación. Esa conducta, prosigue el fiscal, provocó “una situación de sufrimiento en las reses y agonía en algunas de ellas” que llegó a provocar la muerte de al menos diez de las vacas.