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La calle Luis Braille se libra de los baches

Los vecinos aplauden la reforma de la vía, que luce sin socavones y con un pavimento sin baldosas: “Ha quedado muy guapa”

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Reforma de la calle Luis Braille Ángel González

La calle Luis Braille todavía tenía ayer el característico olor que desprende una calzada recién asfaltada. Con las aceras con pavimento liso y pulido y ya sin socavones, esta vía que comunica El Natahoyo con La Calzada se ha quitado años de encima gracias a las obras municipales que finalizaron hace dos días. Unos trabajos que no han sido solo estéticos, sino prácticos y que han eliminado las baldosas dañadas por un pavimento antideslizante. El aspecto general gusta a los vecinos. “La reforma era necesaria. La calle queda muy guapa”, afirman.

Para celebrar el nuevo aspecto de la vía, Yolanda Seara sirve un culín en su sidrería. La mujer lleva trabajando en el negocio desde hace un año y dos meses. Para la hostelera, el final de las obras es un respiro. Atrás quedan los ruidos y los movimientos de obreros por la vía. “Si todavía entraran a comer, algo de ganancia habríamos tenido”, ironizaba. Sobre el aspecto de Luis Braille, la mujer está satisfecha. “Algún aparcamiento sí que perdimos, pero hacía falta la reforma”, afirmaba.

Los trabajos no han sido moco de pavo. Supusieron una inversión de 177.712 euros, contemplada en el plan de barrios. La obra duró tres meses y aún no está completa, aunque ayer la vía reabrió al tráfico. Faltan por instalar nuevas luminarias que, promete el Ayuntamiento, se colocarán en cuanto lleguen los suministros correspondientes. La actuación ha consistido un asfaltado de la calzada y la sustitución de las baldosas de la acera por un pavimento liso antideslizante. “Esperemos que cuando llueva no resbale”, comentaba Hillecir Correa.

Si el suelo deslizará cuando llueva o no es uno de los aspecto que genera cierto debate entre los residentes. Muchos tienen claro que no dará problemas. Uno de ellos es Rodolfo Rodríguez, un peluquero cuyo local hace esquina con la avenida Príncipe de Asturias. “No influirá, este suelo es mejor porque el de antes estaba lleno de baldosas sueltas”, puntualizaba. “Además, la acera estaba inclinada y los coches que eran más bajos golpeaban con el bordillo en la puerta”, remataba.

Lorena García vive en Pachín de Melás, pero pasa prácticamente todos los días por Luis Braille. Ayer, jugaba con su perrita “Kala”, un can de pequeño tamaño pero veloz como una centella. “Antes chiscaban todas las baldosas y había mogollón de baches”, remata una mujer a la que como el resto, la nueva imagen de Luis Braille le agrada.

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