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Ebhisa, que hoy inicia una huelga indefinida, perdió 8,4 millones de euros en 2020

La empresa justificó la eliminación de un turno de trabajo por “estar inactiva” la plantilla durante casi la mitad de la jornada laboral

Grúas de Ebhisa. Ángel González

La terminal de minerales de El Musel, Ebhisa, cerró el ejercicio 2020 con unas pérdidas de 8,4 millones de euros, que se han comido la mayor parte de las reservas acumuladas durante los años de bonanza por la compañía, que desde 2019 ha visto descender bruscamente su cifra de negocio por el cierre de la mayoría de las centrales térmicas de carbón, que descargaban su materia prima por la terminal. Frenar esta sangría económica es lo que ha llevado a la empresa a modificar la jornada laboral, dejando de estar operativa la terminal las 24 horas del día para pasar a trabajar por las noches sólo cuando hay barco.

Los trabajadores están convocados hoy por el comité de empresa a iniciar una huelga indefinida, después de que ayer concluyera sin acuerdo la última reunión negociadora en el Sasec. La plantilla está dividida, aunque la mayoría no está dispuesta a aceptar reducción salarial que va aparejada al cambio de jornada. Hoy volverán a tratar el tema en una asamblea.

La empresa ha justificado ante los sindicatos el cambio en la jornada laboral y el sistema de trabajo en base a los malos resultados económicos y de tráficos del año pasado, sin que tenga previsiones de poder recuperar los niveles anteriores a la descarbonización, del orden de los 12 millones de toneladas anuales.

Los cambios laborales aplicados por la empresa con el rechazo de la parte social suponen que la terminal ya no está operativa las 24 horas del día- Ahora se trabaja en turnos de mañana y tarde y dejando un retén de 14 trabajadores disponible para trabajar las noches en las que hay barco que descargar. Además aplica polivalencia para que los trabajadores efectúen tareas distintas a las que corresponden a su puesto de trabajo. El cambio afecta a los 97 trabajadores operativos de una plantilla total de 117, incluyendo personal de mantenimiento y oficinas.

Además de los resultados económicos, la justificación que dio la dirección de Ebhisa al comité es que en 2020 los trabajadores estuvieron casi la mitad de su jornada laboral mano sobre mano: Se registró ese año una inactividad del 47% y la previsión en el caso de que no se hubiera eliminado el turno de noche era de que en 2021 y 2022 habría un 45% de inactividad, cifra que la empresa prevé reducir al 18% con el nuevo sistema.

El comité de empresa, en cambio, reprocha que la situación económica no se haya podido reconducir pese a las reducciones de plantilla con un ERE para 15 trabajadores que ya habían sobrepasado la edad de jubilación y que se fueron “con un coste millonario en concepto de indemnizaciones”, además de la no renovación de 7 eventuales y otros 7 puestos no cubiertos mediante tasa de reposición. La empresa también tiene en vigor un ERTE hasta el 31 de diciembre de 2022 que ni siquiera ha conseguido un tercio del ahorro previsto, según los sindicatos.

Pese a todo, la empresa les ha dicho que no es posible mantener tres turnos de trabajo con la actividad prevista para los próximos años, dado que la antigua jornada laboral sólo es viable con descargas superiores a los 12 millones de toneladas anuales.

Ebhisa pasó de cerrar 2015 con unas descargas de 15,39 millones de toneladas y una cifra de negocios de 39,90 millones de euros a concluir 2020 con 6,90 millones de toneladas y una cifra de negocio de 18,58 millones de euros, según los datos que la compañía entregó al comité. El año pasado fue especialmente malo no sólo por la pérdida definitiva de los tráficos de las térmicas de carbón, si no también por la parada de un horno alto de Arcelor debido a la crisis, situación esta última que no se da este año.

Para 2021 y 2022 la empresa prevé acabar cada ejercicio con 7,5 millones de toneladas y una cifra de negocio de 19,65 millones de euros. En cambio, el comité sostiene que las cifras reales serán superiores, debido al ritmo al que ha comenzado el año.

A raíz del cierre de la mayoría de las centrales térmicas de carbón del norte de España, que se surtían desde Ebhisa, el volumen de descargas y de negocio se ha visto menguado respecto a la media de los años 2015 a 2019: 12,9 millones de toneladas anuales y de 33,3 millones de euros de cifra de negocios. Las consecuencias de la conflictividad laboral ya se están notando con el desvío de barcos a la ampliación de El Musel en los últimos días, situación que se agravará con la huelga.

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