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El crimen impune de Maribona en la calle Santa Lucía hace casi 90 años

Alfredo Pérez Las Clotas mató a tiros al banquero de Avilés en la céntrica calle gijonesa en 1932 y salió absuelto al actuar por “un ataque de locura”

Aspecto de la calle Martínez Abades (hoy Santa Lucía) en 1932, con una equis en la acera derecha, justo donde cayó herido Gustavo Rodríguez Maribona.

Corría el año 2010 cuando el ilustre y recordado periodista, ya desaparecido, Juan Ramón Pérez Las Clotas nos contaba en este medio el origen de su estirpe en Asturias. El primer apellido Las Clotas en Asturias fue el de un militar francés, que llegó en 1823, como sargento en el ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis. Proviene de Olorón, en Francia, una localidad cercana a Pau, en la ladera norte del Pirineo. El suboficial francés echó raíces en Infiesto y allí se quedó, con su recién formada familia asturiana. Después, ya en el último tercio del XIX, un descendiente de este primer Las Clotas, de nombre José, emigra a Andalucía y allí trabaja y ahorra. Más tarde regresa y se establece en Gijón. Primero abre un bar en la calle Pelayo esquina con la plaza del Seis de Agosto y, más tarde, se mete en negocios de compraventa de cereales y otros suministros convirtiéndose con el tiempo en uno de los mayores contribuyentes de la ciudad, llegando a ser presidente de la Cámara de Comercio. Como era soltero, se trae de Infiesto a sus hermanas y a su hermano Juan, y con ellos comienza la historia de la familia Las Clotas en la ciudad del Piles.

Miembro de la segunda generación gijonesa de la familia fue un primo de la madre de nuestro querido periodista Juan Ramón, llamado Alfredo Pérez Las Clotas. Alfredo se casa con María Teresa Ruiz-Gómez, bisnieta de un avilesino que había sido ministro, el liberal Servando Ruiz-Gómez el cual, a su regreso de América en 1842, se establece en Gijón, trabajando en la Banca que en esta ciudad había fundado su padre. A pesar de que posteriormente Servando llega a ser alcalde de Oviedo y que más tarde se desplaza a Madrid para acabar sus días en Vigo, la familia Ruiz-Gómez queda arraigada fuertemente en Gijón. Este matrimonio de su bisnieta María Teresa con Alfredo así lo atestigua y corrobora. Pero no sería esta estirpe avilesina de los Ruiz-Gómez la única que se cruzaría en el camino de Alfredo Pérez Las Clotas.

Gustavo Rodríguez Maribona pertenecía también a una saga de banqueros avilesinos. Su padre Francisco y su tío José habían fundado, primero en Cuba, y después en Avilés en el año 1898, la llamada Banca Maribona, también conocida por “Sociedad Maribona y Hermano”. En el año 1932, Gustavo era director/derente de la institución financiera avilesina y también desempeñaba el cargo de vocal en el Consejo de Economía Nacional.

Un skater por esa misma vía, ayer, a su paso por el lugar del crimen casi 90 años después. Marcos León

En 1920 Alfredo Pérez Las Clotas había pedido un préstamo al banquero avilesino, pero las cosas no habían ido bien y el préstamo no se devolvió. Los pleitos se sucedieron y al final la Banca Maribona embarga todos los bienes de Las Clotas, incluso los muebles de su casa, llevándolo a la ruina y a la desesperación. El lunes día 9 de mayo de 1932, sobre las ocho y media de la noche, en la calle Martínez Abades de Gijón (hoy Santa Lucía), se produce un terrible episodio. La contigua calle Corrida se hallaba llena de gente cuando se escuchan varias detonaciones, que partían de Martínez Abades. Alfredo Pérez Las Clotas esperaba en la esquina de la calle cuando Gustavo Maribona baja de su automóvil, acompañado por el comandante de la Guardia Civil de Oviedo. Iban a cenar juntos en el bar San Martín. Maribona y su amigo se dirigen hacia la puerta del bar, y aparece Las Clotas, que se acerca y dispara varias veces contra el banquero y después se aleja caminando. Gustavo cae malherido y el Guardia Civil se agacha sobre él para comprobar su estado. En el lugar se persona rápidamente el municipal gijonés Fabriciano Díaz, que había acudido alertado por los disparos. El comandante de la Benemérita, después de identificarse, pues iba de paisano, le ordena al municipal que detenga al autor de la agresión, que caminaba por la calle muy despacio, sin intención ninguna de huida. En la acera yacía herido el banquero avilesino. El municipal gijonés, se dirige al presunto autor y le detiene sin que éste ofrezca ninguna resistencia, ocupándole una pistola marca FN con cuatro proyectiles todavía en la recámara. Se identifica como Alfredo Pérez Las Clotas, siendo arrestado y conducido a la Comisaría de Vigilancia de la ciudad, en donde le toma declaración el juez de guardia, señor López Bonilla.

El arrestado afirma que la causa de la agresión había sido un antiguo pleito de origen comercial, y que su intención no era herir al banquero, ni muchos menos matarle, sino tan solo asustarle para impedir la ejecución de una sentencia, que le autorizaba la incautación de todos sus bienes y, especialmente, de una finca que siempre había sido propiedad de la familia de su esposa.

La noticia corrió como la pólvora por toda la región, pero especialmente por Gijón y Avilés, en donde los protagonistas de la tragedia eran personas conocidísimas y muy apreciadas. Rápidamente, la mujer de Gustavo Maribona se desplaza hasta el hospital gijonés en donde había sido ingresado su esposo, que es intervenido de urgencia extrayéndosele un proyectil que tenía alojado en el intestino. Las cosas parecían evolucionar favorablemente para el avilesino, pero, súbitamente, el domingo 15 de mayo, la situación empeora. La herida se infecta y aparece la gangrena gaseosa. A pesar de las intensas y reiteradas atenciones médicas, nada se puede hacer, y el lunes 16 de mayo, muere en Gijón el banquero Maribona. Tenía en el momento del óbito cuarenta y seis años, dejando viuda, Carmita Rodríguez de la Villa, y dos hijos, Raúl y Olga. Los funerales se celebraron en la iglesia de San Nicolás de Bari, la parroquia de Avilés, el día 17 de mayo, y fue enterrado en el panteón familiar del Cementerio de la Carriona ese mismo día.

Maribona.

Maribona.

El proceso judicial seguido por los tristes incidentes, siguió su curso y en el año 1933, el 9 de mayo, aparece una noticia en la página 14 del periódico “Luz” de Madrid:

“Oviedo. 28.- En la Audiencia se ha visto la causa contra el comerciante de Gijón Alfredo de las Clotas, acusado de asesinato en la persona del banquero de Avilés D. Gustavo R. Maribona. Los hechos ocurrieron en Gijón, el 9 de mayo de 1932 a las nueve de la noche. El procesado, que estaba enemistado con la víctima con motivo de numerosos pleitos que le ocasionaron la ruina, vio al señor Maribona apearse de un automóvil en la calle de Martínez Bades (sic) y le hizo varios disparos que le ocasionaron la muerte. El fiscal calificó los hechos de delito de asesinato con varias agravantes. La declaración del procesado fue emocionante. Relató que el señor Maribona le había perseguido con tal ensañamiento que, siendo una de las principales firmas asturianas, le llevó a la ruina. El testigo más importante fue Manuel López García, que dijo que un viajante de la Casa Maribona le había ofrecido mil pesetas y un traje si declaraba en contra del procesado. A este efecto le entregó un escrito con la declaración que debía prestar ante el jurado.”

El titular del periódico es el siguiente: “El jurado emite veredicto de inculpabilidad reconociendo que el comerciante Clotas, mató en un ataque de locura”.

Así se cierra este desafortunado incidente que tuvo lugar en 1932, entre un gijonés, cuya esposa era de estirpe avilesina, y un avilesino, que encontró la muerte a manos del primero, en la calle Martínez Abades, hoy calle de Santa Lucía, de la villa marinera. Unos hechos desgraciados que sucedieron hace ya casi 90 años.

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