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La Guía despide a María Luisa Claros, fundadora de Casa Arturo: “Tenía mucho tesón y alegría”

“Era una mujer con carácter, pero única, que nos inculcó los valores del negocio familiar”, afirman los hijos de la hostelera, fallecida a los 95 años

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Funeral por María Luis Claros, fundadora del merendero Casa Arturo Marcos León

La Guía está de luto por el fallecimiento de María Luisa Claros, fundadora de casa Arturo junto a su marido hace más de medio siglo, y así se pudo comprobar ayer en el funeral celebrado en la iglesia parroquia de Somió por una mujer “trabajadora, con tesón y alegría”. “Era una madre con carácter, pero única y con mucha alegría. Nos inculcó los valores del negocio familiar”, confesó su hijo Arturo, que regenta ahora el popular merendero junto a su hermano Agustín. María Luisa Claros, ovetense afincada en Gijón desde hace más de siete décadas, tenía otra hija, María del Pilar, además de varios nietos y bisnietos de los que disfrutó hasta su muerte el domingo a los 95 años.

Acompañada de su marido Arturo, que falleció en 2011, María Luisa Claros construyó uno de los locales más emblemáticos de la ciudad que lleva varias décadas dejando huella en muchas generaciones de gijoneses, como así lo constataron ayer sus familiares durante el funeral ante las muestras de cariños recibidas. “Fueron un padre y una madre ejemplares que fundaron un negocio muy considerado en una ciudad como Gijón, que es algo difícil de conseguir”, destacó su hijo Arturo. Y añadió: “Mi madre primaba por encima de toda la atención al cliente, siempre nos decían que había que estar bien vestidos y preparados, porque la consideraba que la imagen era fundamental”.

Los cariñosos saludos fueron constantes ayer durante la despedida de María Luisa Claros. Entre recuerdos del barrio, a todos los asistentes se les iluminaba una sonrisa. “Era una persona con mucho tesón y alegría”, rememoró Alberto Estrada, vecino de La Guía. “La recuerdo con una enorme sonrisa siempre en la boca, entrabas en el bar y estaba allí siempre al fondo, preparando esas croquetas tan ricas. Transmitía esa alegría del barrio, no hay más que buenas palabras hacia ella”, indicó.

María Luisa Claros, segunda por la izquierda, junto a su marido (a su izquierda), su hijo Artur, de pie, y dos familiares, en 2011.

Muy pegados a su vida diaria, y a la de toda su familia, estuvo Félix Tejerina. “Estuvimos siempre casi puerta con puerta. Era muy buena persona, de esas que siempre estaban para lo que quisieses. Me quedo con esa tertulia que teníamos en el bar todos los vecinos, que estaban ahí siempre ella y su marido Arturo, y que éramos todos una piña”, subrayó.

En la vida de La Guía coincidió también con Alfonso Suárez, de la administración de lotería, que recalcó que María Luisa “tenía una convivencia total con el barrio. Me quedo con que era muy trabajadora y con mucho tesón”. Su simpatía caló también en el gremio de la hostelería, donde dejó muy buen recuerdo. Roberto Riginelli, de La Pondala, y con el que trabajó en un proyecto hostelero en común, habló sobre su perfil más cercano. “Era muy presumida, muy buena gente, cariñosa, de las que deja huella. Tuvimos muy buena relación y fue un lujo trabajar junto a ella”, desveló ayer, instantes antes del funeral.

María Luis Claros, junto a su marido Arturo Muñiz, fundaron en La Guía en 1952 Casa Arturo, tras adquirir el merendero El Pinche. Comenzaron con un bar de barrio que acabó convirtiéndose con el tiempo en un merendero de referencia, pero sin perder la esencia con la que iniciaron su aventura en la hostelería, y que le hizo contar con una clientela fija y fiel en el barrio. “Fue una madre ejemplar, muy dialogante, de hablar con la gente, que ha dejado huella, y ahora nosotros nos beneficiamos en el local de todo ese legado que dejan”, enfatizó su hijo Arturo.

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