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Luis Alberto Barriga Director general del Imserso, recibe un premio en Norbienestar

“Urge cambiar el modelo de atención a los mayores, no se les puede infantilizar”

“Estamos trabajando en los viajes del Imserso para el otoño, pero solo se harán si es seguro desde el punto de vista sanitario”

Luis Alberto Barriga.

Luis Alberto Barriga (Santander, 1966) es el director general del Imserso desde febrero de 2020. Llegó al cargo justo antes del inicio de la pandemia y en este año largo apenas ha podido descansar “dos días con la familia”. “Nos fuimos a Asturias”, asegura. Mañana viernes recibirá el premio en el certamen Norbienestar a la Persona del Año en el recinto ferial “Luis Adaro”.

–¿Qué lecciones ha dejado la pandemia en el ámbito de las personas mayores?

–Una clarísima es que tenemos que modificar el modelo de cuidados, no sólo en España, también en Europa y en el resto del mundo. Lo que ha pasado en las residencias en la pandemia tiene mucho que ver con el modelo de cuidados y es algo de lo que se ha tomado plena conciencia. Además, se ha puesto de manifiesto la existencia del edadismo, la discriminación por razón de edad: pareciera que a medida que se cumplen años disminuyeran derechos. Se ha visto con toda la crudeza, y requiere medidas y un debate social para garantizar que tienen derecho a un proyecto de vida, y que no sean tratados como niños. La infantilización es uno de los primeros elementos que denota la existencia del edadismo, es muy deplorable. Debemos asimilar los derechos de las personas mayores.

–Son quienes más han sufrido las restricciones...

–Combinar protección y aislamientos es complicado, porque tienen un impacto muy negativo en las personas, especialmente con problemas neurocognitivos. Estamos hablando de personas adultas y que tienen su derecho a opinar.

–¿Cómo recuperar la normalidad?

–Esperemos que todos vayamos recuperando la normalidad a la vez que se articula ese gran debate social que todos debemos tener sobre cómo abordar los cuidados en este país. Hay mucho que hacer, necesitamos muchísima gente en el sector de los cuidados, trabajadores, mejorar sus condiciones laborales, profesionalizar muchas cosas que están poco profesionalizadas, y hay que invertir dinero público y hacer mejor coordinación social y sanitaria. Y, sobre todo, hay que preguntar a la gente, hay que hacer que la gente mayor también participe del diseño de la vida social, que no sean ese cero a la izquierda en el que los hemos colocado injustamente.

–¿Tenemos una deuda con ellos?

–Es evidente. En la crisis económica muchos mayores de este país fueron los que soportaron el peso económico de muchas familias. Cuando ya parecía que se superaba, la pandemia ha puesto de manifiesto todos los defectos de la sociedad para con la gente mayor. La reflexión tiene que ser política, de inversión pública, pero también de la ciudadanía en su conjunto.

–Visto en perspectiva, ¿qué se podría haber hecho mejor en la gestión de la pandemia?

–Yo creo que se actuó con la información que se tenía en cada momento. Vivimos una primera fase que afectó de manera brutal a las residencias, luego se coordinaron muchas medidas y la incidencia bajó mucho en la segunda fase. Y ahora con las vacunaciones se está viendo que empezar por los más vulnerables fue un acierto. Hubiera que haber contado con una mayor coordinación entre la sanidad y los servicios sociales, pero es algo que no se arma de la noche a la mañana. Y eso es algo que habrá que tener en cuenta para el futuro.

–¿Será posible retomar los viajes del Imserso en otoño?

–No tenemos una bola de cristal para ver el futuro, pero lo que podemos asegurar es que sólo se realizarán si es seguro. Nosotros estamos trabajando ya en ello porque es un operativo complicado, con 900.000 personas que viajan cada año y muchas cosas que coordinar. Estamos armando la operación con muchos meses de antelación como si fuera posible llevarla a cabo, para en ese caso tener el trabajo ya hecho. Pero insisto, sólo se hará si es seguro desde la óptica sanitaria.

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