No hay duda de que la suciedad provocada por colillas y excrementos sin recoger es la que mayor impacto genera en la imagen de Gijón. La mayoría de los vecinos utilizan las papeleras equipadas con cenicero para tirar sus colillas y la mayor parte de los dueños de perros recogen siempre sus deposiciones, pero, por desgracia, todavía hay una minoría que no lo hacen.

Haciendo un cálculo sobre 40.000 perros censados en Gijón, si estos hacen un mínimo dos deposiciones diarias, salen más de 29.000.000 de excrementos al año, lo que da muestra de la gran cantidad de propietarios que lo hace bien, puesto que el pasado año se recogieron 66.000 cacas de perros (apenas el 4,4% de las realizadas).

Con los fumadores pasa algo similar. Si bien las cacas de perros debe depositarse en una bolsa de plástico en un contenedor de restos o en una papelera, las colillas deben tirarse en las papeleras equipadas con cenicero para tal fin.

Y es que, por mucho que limpie EMULSA, es imposible mantener las calles de Gijón limpias, sin la colaboración de todos los ciudadanos, porque #GijónMeImporta.

Mensaje de EMULSA Medioambiente. Ayuntamiento de Gijón