Vox Gijón es ahora mismo “una balsa de aceite” tras haber hecho “limpieza” del grupo de militantes procedentes del PP que habían desembarcado en bloque en el partido de Santiago Abascal en la ciudad y que en buena medida lo controlaron hasta los cambios acaecidos con la llegada a la presidencia regional de la formación del diputado autonómico Ignacio Blanco, según explican fuentes de Vox.

El altercado en la nueva sede del partido en la calle Contracay acaecido el viernes de la semana pasada entre el excoordinador de Vox Gijón, Manuel Cristóbal, y otra persona de su confianza con quienes actualmente controlan la sede, ha puesto de manifiesto que la transición no ha sido pacífica. La discusión obligó a mediar a la Policía. Desde Vox aseguran que Cristóbal y su acompañante ya no son afiliados del partido. Cristóbal exhibió ayer el justificante bancario del pago de su cuota el mes pasado y la cita desde la sede nacional a su acompañante preguntándole si podía ser interventor en las elecciones de Madrid para afirmar que ambos siguen siendo afiliados y que se les expulsó de la sede de malas maneras.

Cristóbal niega que lo hayan expulsado del partido, en contra de lo que sostienen fuentes de la organización. El suyo, no obstante, es un caso excepcional, al intentar permanecer en una organización política que ya han abandonado por su propio pie otros de los afiliados que habían llegado con el del PP, algunos de los cuales ocuparon puestos de representación del partido en organismos. No es el caso de Cristóbal, que sí fue asesor del grupo municipal durante unos meses.

En cuanto al expresidente regional de Vox, Rodolfo Espina, optó también por abandonar la formación política tras no conseguir los avales necesarios para haber optado a la reelección.

El cambio de tornas en Vox también se ha traducido en que la número dos de la formación en el Ayuntamiento de Gijón, Laura Hurlé, tenga más peso en Vox que el portavoz municipal, Eladio de la Concha.

Laura Hurlé es, por designación de la dirección nacional, la coordinadora intermunicipal de concejales para el norte de España; para Asturias, León y Cantabria. Los grupos municipales en los ayuntamientos de estas provincias siguen las directrices que les marca Madrid, a través de Laura Hurlé.

Tras haber defenestrado a Manuel Cristóbal, al frente del partido en Gijón también se encuentra una persona de la entera confianza de Laura Hurlé. Se trata de María Muñiz, coordinadora del partido para la zona de Gijón –Gijón, Carreño, Villaviciosa, Colunga y Caravia– que suma en todos estos municipios 550 afiliados, de los que cerca de 500 corresponden a Gijón. Orgánicamente, Laura Hurlé depende de la secretaría de organización de Vox en Asturias. Por otro lado, es una de las dos empleadas del grupo municipal.

Así las cosas, Manuel Cristóbal ha remitido una carta a la dirección nacional del partido y otra al Ayuntamiento. Sigue ingresando en la cuenta de Vox, a través de la ventanilla del banco, la cuota de afiliado y asegura que a él nadie le ha notificado la apertura de ningún expediente para expulsarlo.