Hablar de remolcadores es hablar de potencia de tiro, algo de lo que va sobrado el “Ibias”, la nueva adquisición de Remolcadores Gijoneses (Regisa), empresa del Grupo Junquera, dentro del proceso de modernización de la flotilla con la que presta servicio en El Musel. Con sus dos motores de gasóleo bajo en azufre que suman 5.700 caballos de potencia (4.200 kilovatios), más del triple la de cualquiera de los trenes de cercanías que circulan por Asturias, el “Ibias” tiene una capacidad de tiro a punto fijo de 70 toneladas. Será junto a su mellizo el “Ponga”, operativo desde 2016, el remolcador de más potencia en El Musel.
Hermano mellizo porque ambos fueron diseñados por el canadiense Robert Alan, pero el “Ibias” se corresponde con una serie mejor equipada y que ofrece mayores prestaciones. Ambos tienen la misma potencia de tiro, aunque el “Ibias” cuenta con una maquinilla de remolque a popa, de la que carece el “Ponga”. Esto aporta una mayor versatilidad a la flota de remolques del Grupo Junquera, “al poder enganchar al mercante de turno tanto por la proa como por la popa”, explica Diego Fernández Solís, responsable técnico de la empresa. Además, también cuenta con cuatro maquinillas para manejar las estachas, en lugar de tres.
El “Ibias” llegó el pasado 29 de abril a El Musel procedente del astillero turco Med Marine, donde producen en serie este tipo de unidades, iniciando los trabajos antes de hacer cerrado la venta de los mismos, lo que agiliza los plazos de entrega. Con las pruebas de tracción efectuadas en Turquía y tras varias semanas de navegación, el “Ibias” probó sus cañones de agua el mismo día de su llegada a El Musel y con él se está familiarizando ahora el equipo técnico de Regisa mientras se tramita su abanderamiento en el registro principal de España, proceso que tarda alrededor de un mes.
El siguiente paso es que “toda la plantilla que navega en los seis remolcadores que ya hay en servicio en el Puerto se familiarice” con la nueva adquisición, explica Diego Fernández. Cada remolcador es manejado por tres tripulantes y son los prácticos del Puerto los que deciden qué remolcadores prestan servicio en cada ocasión.
El patrón controla la maniobra desde el puente de mando, donde dos joysticks manejan las dos hélices azimutales que permiten a este remolcador una maniobrabilidad extrema, “hasta el punto de poder girar 360 grados sin moverse del sitio”, agrega. Su reducida eslora de 25 metros –cinco metros menor que otros de los remolcadores de El Musel– también facilitan las maniobras de un barco que tiene una manga de 12 metros. Un marinero de puente y un mecánico completan la tripulación de servicio en el Puerto de una embarcación con aire acondicionado en la sala de control de máquinas, camarotes con baño y en algunos casos equipados con sistemas de alarma y comunicaciones. El barco, con capacidad para 7 tripulantes, cuenta con equipos diseñados para la navegación internacional y para el control del sistema de máquinas desde el puente.
Los remolcadores con mayor potencia de tiro se emplean con los barcos más grandes que pasan por El Musel; los que recalan en la terminal de minerales Ebhisa, que requieren normalmente del servicio de cuatro remolcadores, en algunos casos de cinco. Habitualmente con estos grandes barcos trabajan el “Ponga”, el “Navia”, el “Cares” y el “Cubia”. A este equipo, que completan el “Caudal” y el “Dobra” se suma el “Ibias”.
El empleo de seis remolcadores al mismo tiempo sólo ha sido necesario en siniestros, como el accidente del granelero “Cape Baltic” en el fondeadero de El Musel. Con los metaneros de la regasificadora también se requerirán seis remolcadores por su carga. El “Ibias”, será el remolcador insignia de la flota.
