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El IES Mata Jove saca músculo con un gimnasio autogestionado por los alumnos

El centro pone en marcha el primer espacio deportivo de Asturias dirigido por alumnos con el objetivo de “abrirlo al barrio”

El IES Mata Jove estrena gimnasio

Por la izquierda, en la fila de atrás, Ángel González, Andrea Sánchez, Christian Díaz, Joaquín Fidalgo, Eric Álvarez, Iván Fernández y Raúl Fernández. Delante, Jenny Rojas, Xana Pikabea, Zaira Álvarez y Diana de Almeida, en el gimnasio.

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Por la izquierda, en la fila de atrás, Ángel González, Andrea Sánchez, Christian Díaz, Joaquín Fidalgo, Eric Álvarez, Iván Fernández y Raúl Fernández. Delante, Jenny Rojas, Xana Pikabea, Zaira Álvarez y Diana de Almeida, en el gimnasio. Luján Palacios

Los alumnos del IES Mata Jove sacan músculo de forma literal desde hace unos meses gracias a una iniciativa que les ha llevado a ser sus propios gestores. Desde este curso cuentan con un gimnasio que ellos mismos lo organizan y gestionan, aunque con las limitaciones impuestas por el covid.

De hecho, el proyecto viene de antes de la pandemia y es pionero en Asturias. “Puede que incluso en España, no creo que haya muchos gimnasios de este estilo que sí son comunes, por ejemplo en Estados Unidos”, confirma Joaquín Fidalgo, profesor de Educación Física de este centro de La Calzada. Fue él quien lanzó la idea a los alumnos de preparar un proyecto para el curso pasado, el de la irrupción del covid. “Decidimos que queríamos tener un gimnasio para nosotros, y nos pusimos a ello desde cero en un almacén del instituto”, coinciden Laura Prada, Sara García, Tania Gonçalves y Sandra García, alumnas que el año pasado estaban en primer curso de Bachillerato y que, junto con un grupo de compañeros, se dedicaron a sacar sillas, mesas y archivadores para poder hacer hueco a un espacio. “Puede tener muchos usos, incluso para gente del barrio fuera del horario lectivo”, indican.

Entre todos pintaron, limpiaron y acondicionaron el antiguo almacén, y además elaboraron un exhaustivo plan de utilización del gimnasio: desde los horarios de uso de cada uno de los grupos hasta “la preparación de actividades, la organización de la seguridad y hasta un servicio de fisioterapia para atender pequeñas lesiones con un botiquín”, explican las alumnas.

Además, de forma paralela se puso en marcha una campaña de donaciones de material, porque todas las máquinas y con materiales con los que han equipado su gimnasio han sido donadas por familias y colaboradores. El “Matafit”, el nombre con el que han bautizado el gimnasio, cuenta con pesas, un banco de remo, pressbanca, y varias bicicletas estáticas y elípticas. “Todas ellas donadas por gente que ha querido colaborar de forma altruista”, ensalza Joaquín Fidalgo, quien quiere destacar cómo las aportaciones han llegado desde todos los ámbitos. “Han sido muchas personas, entidades y la comunidad educativa en general, desde el AMPA hasta todo el profesorado y personal de mantenimiento que nos han donado y transportado materiales, cedido pintura, diseñado y pintado el logotipo, puesta a punto de la maquinaria, pequeñas reparaciones o consejos sobre organización”.

Con todo el material en marcha, el gimnasio lo utilizan los chavales en las clases de Educación Física, pero el objetivo es poder usar el espacio en horas libres como los recreos por todos aquellos que quieran tener a su disposición un espacio completamente equipado. Y, además, “poder abrirlo al barrio, donde no hay muchas posibilidades de acceder a un gimnasio”. Aquí podrían usar las máquinas de forma gratuita y tener un lugar donde hacer deporte durante las tardes”, razonan los jóvenes.

Todo un hito que pone al Mata Jove al nivel de centros de otros países, y que se ha conseguido, sin más misterio que con “un poco de esfuerzo”. “Ha valido mucho la pena”, dicen los jóvenes.

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