María Victoria Morán es una vecina de Nuevo Gijón de 67 años que pidió cita telefónica a su médico de cabecera por una infección de orina y, tras muchos intentos sin éxito, terminó acudiendo a Urgencias. María Isabel Pérez, de 72, se indignó cuando la pasada semana tuvo que hacer cola al raso de su centro de salud para hacerse una analítica. Y Cuqui Rueda, de 67, está perfectamente sana, pero considera que la atención médica no puede ser de calidad si no es presencial.

Estas tres mujeres acudieron ayer a una nueva movilización sanitaria organizada por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón (FAV), que reunió a cerca de dos centenares de personas para rodear el centro médico de Perchera. Al grito de “con la salud no se juega” exigieron recuperar la atención presencial, una reunión con la Consejería de Salud que se les sigue negando y que tras la pandemia vuelvan la atención vespertina a los puntos de atención continuada, que pasaron de ser once activos a cuatro. Un modelo que el Principado baraja hacer permanente, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. “Habrá más movilizaciones. No puede ser que los médicos se vayan de Asturias sistemáticamente”, clamó el presidente del colectivo, Manuel Cañete.

Clamor en Perchera por la atención médica presencial: “Juegan con la salud”

La concentración de ayer estaba fijada para las seis de la tarde en la calle de Orán. Aunque fue multitudinaria, se desarrolló sin incidentes. Decenas de vecinos acudieron a la cita con carteles y pancartas. Algunos con cierta retranca, como uno con la cara del humorista Miguel Gila que imitando el particular chiste del cómico decía “¿Está el Sespa? Que se ponga...”. Es la cuarta protesta, tras las de los ambulatorios de Puerta de la Villa y Severo Ochoa, y la del pasado 17 de mayo frente a la Consejería de Salud, en Oviedo.

Muchas de las quejas de los presentes se centraron en el estado en que se encuentra el ambulatorio de Perchera. El centro médico está pendiente de que se ejecute una partida de 70.000 euros para dotar a la planta baja del edificio de cuatro consultas de pediatría. Es el paso previo a una gran reforma de la infraestructura, que para desesperación de los usuarios, no termina de llegar. Roberto Porras, miembro de la asociación de vecinos “Santiago” de Nuevo Gijón, Perchera y La Braña, tomó ayer el megáfono para denunciar lo que considera “una situación límite”. “La pandemia es una buena coartada para justificarlo todo, pero de marzo de 2019 a marzo de 2020 no se había hecho nada para cumplir con el calendario”, denunció Porras. Y calificó el ambulatorio como “el peor de todo Gijón”.

A la protesta acudió el presidente local del Partido Popular, Pablo González, y los ediles Alberto López-Asenjo, Ángela Pumariega y Ángeles Fernández–Ahúja. Por Podemos-Equo, estuvo el concejal Juan Chaves. También hubo representación de Ciudadanos y de Foro. La de ayer no será la última protesta ya que la FAV plantea un nuevo calendario “para defender la atención primaria” en el resto de consultorios de Gijón.

“La atención de Urgencias no está saturada”, dice el consejero de Salud

El consejero de Salud, Pablo Fernández, negó ayer en la Junta General que las urgencias sanitarias de Gijón estén saturadas. Lo dijo en respuesta a preguntas del diputado de Podemos Daniel Ripa, que le recordó que hay usuarios “en pie de guerra” por la reunificación de los puntos de atención en centros de salud en horario de tarde, que bajaron de once a siete durante la pandemia para reagrupar al personal. Según el diputado, esta medida provocó un repunte en la presión asistencial del servicio de Urgencias del Hospital de Cabueñes, un extremo que el consejero niega. Fernández le aseguró que la reunificación, precisamente, evitó el riesgo de colapso del sistema. Según sus datos, la actividad asistencial en centros de atención primaria de Gijón “ha sido creciente en los primeros trimestres de 2019, 2020 y 2021”, y que en el mismo periodo las atenciones desde las urgencias del hospital bajaron, con un promedio de pacientes diarios de 295 usuarios en 2019, 284 en 2020 y 175 en 2021, lo que supone una reducción de la actividad de un 40%. En cuanto a los centros de salud en horario de tarde, el consejero explicó que “ha habido un descenso de la actividad asistencial de entre el 30 y el 31%”, y que lo mismo ha sucedido con las visitas a urgencias hospitalarias durante las noches. “No cabría aducir un supuesto colapso del servicio de urgencias de primaria”, zanjó el consejero, que señaló “que las cifras apuntan a que los usuarios han sido atendidos y no se han colapsado las urgencias”. El también diputado de Podemos Ricardo Menéndez Salmón, por su parte, se interesó por el inicio de las obras del centro de salud de Nuevo Roces, pero no recibió ningún detalle. Fernández se limitó a explicar que “se está trabajando en la supervisión del proyecto básico”, ya anunciado, y que cuando los trámites burocráticos finalicen las obras tendrán un tiempo de ejecución de 18 meses. Desde el Hospital de Cabueñes, el personal adscrito al área de Urgencias reconoció ayer que “no se puede hablar de colapso” en el complejo. Sí refieren una subida “notable” de la llegada de pacientes con patologías de poca importancia, pero achacan este incremento a la tranquilidad que supone para muchos la campaña de vacunación. “No estamos viendo a más pacientes de Urgencias de los que veíamos antes de la pandemia, solo vemos a los enfermos leves que hasta ahora no se atrevían a venir por miedo a contagiarse”, aseguró parte del personal sanitario, que se reorganizó ayer antes la marcha de sus 48 residentes de este curso.