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Papagore acumula doce detenciones y tres condenas graves y está a la espera de otro juicio

El exmilitar senegalés, en prisión tras golpear a nueve policías, suma una década de arrestos y agresiones pendiente de la expulsión del país

Papagore Ndoye, durante uno de sus juicios.

Malos tratos, lesiones, robo con fuerza y atentado a agente de la autoridad. Y así hasta doce detenciones por la Policía Nacional y tres condenas por delitos graves. El amplio historial delictivo de Papagore Ndoye, de 43 años, sumó el pasado fin de semana un nuevo altercado en el que hasta nueve agentes resultaron heridos de distinta consideración, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, y que por primera vez motivó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del exmilitar senegalés tras solicitarlo la Fiscalía. Este hombre, al que tuvieron que poner dos esposas para lograr arrestarle tras este último incidente, cuenta ya con una orden de expulsión del territorio nacional, que está por ejecutar por culpa de la crisis sanitaria y porque son varias las causas judiciales que todavía no tiene resueltas. De hecho, al margen de lo ocurrido el sábado en el piso de su pareja en la calle Jacques Cousteau, tiene pendiente un juicio por lesiones tras una disputa en un bar por el que afronta tres años de cárcel. 

El primer incidente de gravedad ocurrió en diciembre de 2014 en la calle Juan Alvargonzález, cuando varias patrullas se habían personado en el lugar alertados por una expareja de Papagore Ndoye, que tenía vigente una orden de alejamiento de ella. Hasta seis agentes salieron heridos de aquel episodio por el que el exmilitar asumió una condena de dos años y medio de cárcel. El magistrado destacaba ya en su sentencia que este hombre se había enfrentado a los agentes diciendo que les iba a matar a todos, y “retándoles a que se acercaran de dos en dos a detenerlo”. “Al hacer fuerza levantaba a los agentes en el aire”, destacó el juez entonces. 

Ese fallo judicial llegó en enero de 2016, pero antes de final de año otro juzgado penal de Gijón le volvió a condenar por los mismos delitos de atentado y lesiones. Ya entonces, y como viene siendo habitual en sus sentencias, se le aplica como atenuante el hecho de encontrarse bajo los efectos del alcohol y las drogas en el momento de los hechos, algo que quienes le conocen aseguran que le trastoca el carácter, aunque “sin llegar a anular sus facultades volitivas e intelectivas”. Entonces, ya se convirtió en persona muy conocida entre la policía, y también en el Palacio de Justicia. 

La última condena, del pasado marzo y que tiene recurrida en el Tribunal Supremo, le impuso 16 meses de cárcel (la Fiscalía y la acusación, ejercida por los abogados Sylvia Garrido y Juan Muñiz Junquera en representación de los agentes) por agredir a cuatro policías tras otro altercado en la calle Juan Alvargonzález. Esa vez iba contando los agentes que se abalanzaban sobre él para detenerle. Es más, Ndoye llegó a denunciarles por agresión, pero tuvo nulo recorrido y se archivó. Pero pese a todo seguía en la calle y ha vuelto a ocurrir lo mismo, aunque esta vez no pudo eludir su ingreso en prisión. Una decisión, cuentan, que asumió cabizbajo el pasado lunes y sin causar problemas después de que la jueza le comunicase su ingreso.

A esos episodios de atentado se suman también detenciones por robos con fuerza, lesiones varias, estafa o malos tratos en el ámbito familiar, pero en este último caso la mayoría de los incidentes se acaban archivando porque sus parejas no llegan nunca a denunciar. Un ejemplo de este extremo ocurrió en septiembre del año pasado, cuando una mujer llegó a decir que Ndoye la había amenazado de muerte con un cuchillo, pero luego, en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, declinó denunciar y el exmilitar quedó libre. O mismamente el pasado fin de semana, que tras la discusión mantenida con su pareja en la calle Jacques Cousteau, la mujer dijo que todo había sido un error y que el conflicto era en el piso de arriba. 

Herido con un hacha

A la lista de heridos, parejas y agentes, se suma también otro vecino gijonés, de origen marroquí, con el que mantuvo una fuerte disputa en noviembre de 2019 en un bar ubicado en un pequeño tránsito entre las calles Severo Ochoa y Cataluña. Supuestamente, este individuo atacó a Papagore con un hacha de carnicero y le provocó varias heridas en la espalda, hombro y antebrazo. Pese a todo, el exmilitar senegalés también logró enviar al hospital al marroquí, representado por el abogado Jorge García, utilizando solo sus brazos, en unos hechos pendientes de juicio por los que le piden tres años de cárcel. Antes de su expulsión de España deberá responder por sus causas pendientes.

El historial delictivo

  • Detenciones. En los últimos años ha sido detenido por la Policía en 12 ocasiones por atentados, lesiones, malos tratos y robos.
  • Condenas. Suma dos condenas firmes por delitos graves de atentado y varias por faltas leves.
  • Sentencias recurridas. Una sentencia por unas lesiones leves y la última, de 16 meses de cárcel por pegar a cuatro policías, que llevó al Supremo.
  • A la espera de juicio. Afronta tres años de cárcel por una trifulca en un bar de Severo Ochoa. También está la última agresión a nueve policías.
  • Pendiente de expulsión. Su falta de arraigo y la reiteración delictiva han llevado a su orden de expulsión de España, cuando el covid permita.

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