Ana González festejó ayer, como cada 26 de mayo, el cumpleaños de su hijo. Una celebración que coincidió con el segundo aniversario de la noche electoral que la convirtió en alcaldesa de Gijón. Es casi el ecuador de los cuatro años de un mandato (su investidura fue el 15 de junio) marcado por el covid. “Ha estado muy presente, y no lo digo como excusa, sino como realidad doliente que todavía está presente en la ciudad y en las personas. No ha sido fácil para nadie”, explicó la regidora al volver la vista a aquella noche, “que me llenó de alegría y orgullo porque el PSOE recuperaba la Alcaldía de Gijón”.

La pandemia obligó a cambiar los planes del nuevo equipo de gobierno a lo largo de los últimos 14 meses y González tiene claro que seguirá imponiendo la realidad de todo lo que queda de este año para prolongarse hasta 2022. “A partir de ahora, va a ser más importante aún arropar a las personas. A todas. Tenemos que cuidar a nuestra gente, en lo económico con las ayudas sociales o de promoción económica pero también en lo afectivo. Algunos se han visto más lesionados por la pérdida de familiares, de amigos, de negocios, de trabajo... pero a todos nos ha cambiado la forma de vivir. Hemos tenido que renunciar a ser cómo somos”, reflexionó la líder socialista que, como ejemplo, defendió el diseño de un verano acogedor y cercano que permita a los gijoneses volver a reencontrarse. “Parece algo menor, pero hay que pensar muy bien este verano”, matizó. Ese “estar ahí” del Ayuntamiento por el covid debe entrelazarse con, analizó la socialista, el cumplimiento de los compromisos electorales y el cambio de paradigma de la ciudad.