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El nuevo “atajo” para ir a la playa del Arbeyal va a paso lento: "Urge acabar las obras"

Los vecinos de la zona oeste aplauden la apertura de la senda a la playa, pero exigen el fin de la construcción del pozo de tormentas

Elisa Domínguez camina con su hija, Leire Menéndez, por la nueva senda desde Príncipe de Asturias hasta la playa del Arbeyal, al fondo. | Ulises Arce

El ruido de una radial cortando adoquines ahoga los acordes de “Cheap Thrills”, la famosa canción de Sia, que salen de una radio a la que los operarios que trabajan en las obras del pozo de tormentas del Arbeyal apenas prestan atención. Decenas de vecinos se entretienen mirando unos trabajos que el pasado viernes implicaron la apertura del acceso hasta la playa con una senda que comunica el arenal con la avenida Príncipe de Asturias, a la altura del edificio de la Empresa Municipal de Aguas. “Falta mucho por hacer, pero evitamos un rodeo”, celebran los residentes.

Elisa Domínguez lleva de la mano a su hija, Leire Menéndez, que ayer se lo pasó bomba haciendo castillos de arena. Las dos aprovecharon los nuevos accesos, con el carril bici aún cerrado, para llegar al arenal. “No sabíamos que ya se podía. La obra ya lleva demasiado tiempo. Esperemos que, cuando termine, la zona tire para arriba”, apunta la mujer.

Para que eso suceda habrá que esperar hasta agosto, tras una demora acumulada de cuatro meses. La actuación ha tardado más de la cuenta por el aplazamiento de la expropiación de unos terrenos de la Tesorería General de la Seguridad Social, donde debe construirse una arqueta. Esta infraestructura, cuyo trazado parte de la calle Brasil, es vital para el funcionamiento del pozo.

De momento, lo que se ve es más útil que bonito. Así lo explican Carmen García y su hija Olga, que toman el sol en un banco de la nueva vía próximo a la playa. “Por lo menos es más cómodo que antes”, explica la joven, que sostiene a su perrita, “Syndy”. “Lo mejor sería zona verde, con muchos bancos”, añade. “Sí, sí, sobre todo árboles y bancos, pero nada de juegos infantiles, que los rapaces ya tienen la playa para revolver”, interviene la madre, de buen humor, sobre unos accesos aún en los huesos. “Lo que hay ahora no puede llamarse una inauguración. Es bueno que la gente pueda pasar, pero a lo mejor deberían haber esperado a tenerlo todo terminado para permitirlo”, dice Nuria Espeso, que ayer transitó por una vía, la que une Príncipe de Asturias con el Arbeyal, que aún está en los huesos.

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