El gijonés acusado de presenciar una agresión sexual en el establecimiento hostelero que regenta en la calle Almacenes se sentó ayer en el banquillo para responder por un delito de omisión del deber de impedir o promover la persecución de delitos que afectan a la vida, integridad o libertad sexual por el que el Ministerio Fiscal solicita el pago de una multa de 14.400 euros y de otros 1.800 euros de indemnización. Las partes personadas en el proceso, incluida la acusación particular, no alcanzaron ayer un acuerdo y el juicio se celebró a puerta cerrada durante poco más de tres horas en la sección octava de la Audiencia. Todos elevaron a definitivas sus conclusiones provisionales.
Este caso tuvo lugar sobre las 7.30 horas del 27 de julio de 2017. La víctima, condicionada por el alcohol, entró en el bar de la calle Almacenes. Con sus facultades alteradas, fue víctima de una presunta agresión sexual que aún no está juzgada, toda vez que el autor se encuentra en paradero desconocido. El dueño del negocio, estima la fiscalía, “mantuvo una actitud pasiva, como espectador, pudiendo actuar para evitarlo y no lo hizo”. El juicio quedó ayer visto para sentencia.