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La explosión de Gijón, en 400 imágenes: así es el libro que recoge el desarrollismo en la ciudad

El historiador José Luis Carmona recopila en una obra la crónica visual de los años cincuenta y sesenta

Terrazas llenas de clientes en la calle Corrida. | MPA

Gijón vivió su mayor explosión en los años 50 y 60 del pasado siglo: creció a lo alto y a lo ancho, los tranvías se sustituyeron por los coches, las playas se llenaron de bikinis, la zona oeste siguió dando cabida a cada vez más fábricas, la Laboral se levantó como un coloso y llegaron los ye-yés, despegaron los clubes deportivos de todo tipo y el Jardín fue el escenario de inolvidables veladas musicales. Fueron los tiempos del desarrollismo en toda España, y de forma singular en ciudad que empezó a sacudirse las últimas briznas de un pasado pescador y ballenero, por zonas también agrícola, para dar paso a una modernidad que se fue asentando poco a poco. Una transformación progresiva en plena dictadura, que resulta impactante en lo visual, y que ha sido resumida por el historiador y profesor de la UNED José Luis Carmona en un libro imprescindible para nostálgicos y curiosos: “Puro Gijón. Años 50 y 60”. Se presenta hoy en el Tendayu del Pueblu d’Asturies a las 19.30 horas.

Un tranvía en El Humedal, ante la iglesia de San José. | MPA

En la práctica se trata de la segunda parte de un primer “Puro Gijón”, elaborado por Ángel Mato y que llegaba hasta el año 1935. “La editorial Grupo Nortegráfico me propuso seguir hasta los 60, y me puse a ello en mayo del año pasado, buceando y haciendo visible el archivo fotográfico del Museo del Pueblo de Asturias”, relata Carmona, que se ha sumergido entre “más de 38.500 fotos de este archivo para elegir una selección de 300, a las que se suma otro centenar que ha llegado a través de donaciones de otras personas y de archivos particulares”.

El resultado es un volumen en el que cabe toda la transformación de la ciudad, siempre a la sombra del mar y marcada por “una mareona humana que se asienta en un territorio que habría de aumentar en superficie y altura”, relata Carmona. Elegir las imágenes (porque aunque el libro lleva con cada foto las correspondientes contextualizaciones históricas, es un ejemplar esencialmente visual) “ha sido muy complicado, hay muchísimo material interesante”. “Como la construcción del barrio de Pumarín en medio de los prados, los esqueletos de los grandes edificios en altura conviviendo con los edificios históricos, las barcas en el puerto en Cimadevilla, los carros de caballos con los automóviles, la transformación del centro o los trenes tomando el Solarón”, enumera.

El área del actual “solarón”, tomada por los trenes y con la fábrica de Moreda al fondo. | Aranda Iriarte

En la selección, el autor ha tratado sobre todo de “relatar la historia de lo cotidiano, lo que vivían y veían los gijoneses de la época”, con secciones dedicadas a la ciudad, la pesca, la industria, el comercio, la infancia, la Laboral, los deportes, la Feria de Muestras o las fiestas. No falta el Gijón rural, con impactantes imágenes de caserías y animales donde hoy todo está urbanizado. O el nuevo ocio que empezó a surgir en torno a la música y a una playa cada vez menos encorsetada. Todo un mundo sucedido anteayer y al alcance de un vistazo.

José Luis Carmona con un ejemplar del libro, en el puerto deportivo. | Juan Plaza

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