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Servicios Sociales reforzará su atención primaria en barrios y la consulta telefónica

“Con la pandemia salió todo nuestro potencial de imaginación y trabajo”, destaca la presidenta de la Fundación, que dio 5,6 millones en ayudas

Ana Núñez, Marco Luengo, Natalia González y Aida Araujo, en la presentación de la memoria de 2020 de Servicios Sociales. Ulises Arce

“La pandemia ha visibilizado los servicios sociales y su importancia. Desde la Fundación sacamos todo nuestro potencial, de trabajo pero también de imaginación, para hacer frente a un 2020 muy complejo. Y lo hicimos gracias a la labor de un equipo, fundamentalmente de mujeres, que fue mucho más allá de su obligación”. La concejala socialista Natalia González, presidenta de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, aprovechó ayer la presentación de la última memoria de gestión de la entidad para destacar sobre las frías estadísticas la capacidad que los servicios sociales municipales demostraron para dar una respuesta urgente y ágil a las necesidades de muchas familias gijonesas.

Aunque los números también dan fe de ese de trabajo de récord. En un presupuesto ejecutado de 22,7 millones de euros destacan 5,6 millones de ayudas directas a familias. Unos 3,7 millones en ayudas de emergencia, a las que hay que sumar 647.880 euros en ayudas a alimentación para compensar el cierre de los comedores escolares y los 1,2 millones para compras directas dentro del programa “Mi barrio”. Se tramitaron a lo largo del año 2.507 peticiones de ayuda –un 141% más que el año anterior– de las que se acabaron aprobando 2.245. El 65% de las peticiones fueron de mujeres. Una feminización de la pobreza que persiste con y sin covid. Igual que siguen siendo hombres los mayores demandantes de apoyo en la red activa de inclusión en lo que tiene que ver con alojamiento.

Para llegar a quien más lo necesitaba en los momentos de confinamiento del 2020, la Fundación se “inventó” nuevas herramientas de gestión y fórmulas de trabajo. Algunas de ellas con tanto éxito que se van a quedar. Por ejemplo, un servicio telefónico de atención profesional que lleva una trabajadora social. Ese servicio recibió 889 llamadas de las que 313 nada tenían que ver con las competencias de la Fundación. Pero de las que si tenían, 288 casos se resolvieron directamente por esa vía. que ha demostrado ser muy eficaz con las personas mayores, explicó Ana Núñez, la jefa de división de Acción Social de la Fundación.

También se va a profundizar, a través de la implantación de las nuevas tecnologías, en los procesos de agilización de la concesión de ayudas. A lo largo de la pandemia no solo se creó ese servicio telefónico sino que se experimentó con un correo específico para cuestiones del covid o con un móvil con Whatsapp para la aportación de documentación.

Al margen de las formas, a lo largo de la pandemia se flexibilizaron los requisitos a cumplimentar para poder llegar a más familias necesitadas. Aquellas que, por ejemplo, dejaron de tener unos ingresos procedentes de la economía sumergida de la noche a la mañana.

Pero la pandemia no sólo deja nuevas fórmula de trabajo. También ha evidenciado los nuevos retos a los que los servicios sociales deben dar respuesta en una sociedad donde el trabajo ya no está garantizado, hay una crisis de cuidados y relaciones y la esperanza de vida aumento. Por todo ello, a corto plazo el plan pasa por reforzar la atención primaria de los servicios sociales en los barrios, ampliar el concepto de la ayuda a domicilio y cambiar el sistema de trabajo entre los propios departamentos municipales y entre el Ayuntamiento y otras administraciones para que sea colaborativo y no de coordinación. Así lo explicó Marco Luengo, director de la Fundación desde hace pocos meses.

Puestos a dar números, Natalia González también recordó las más de 900 personas atendidas para ayudarles a tramitar el Ingreso Mínimo Vital, las 147 personas alojadas en La Tejerona durante lo más duro del estado de alarma o los 4,5 millones de euros transferidos a las entidades del Tercer Sector a través de convenios nominativos y pagos extraordinarios para apoyarles en la lucha contra las secuelas sociales del covid-19. Y en cuanto a otros proyectos en marcha en la Fundación, desde la división de Promoción Social, Aida Araujo recordó los avances en los procesos previos a la redacción del plan de mayores, la elaboración del II Plan municipal de infancia y adolescencia y el proyecto bibliosadud dentro del plan de adicciones.

Servicios Sociales, los números del covid

  • 22.787.355 euros. El total del presupuesto ejecutado en 2020 en la Fundación Municipal de Servicios Sociales.
  • 5.626.000 euros. El dinero repartido en ayudas directas para cubrir necesidades de familias. Fueron 3.720.000 euros en ayudas de emergencia, 647.880 euros en ayudas de alimentación por el cierre de comedores escolares durante el confinamiento y 1.257.900 en ayudas directas a compras.
  • 54.021. Las personas que pudieron acceder a los servicios sociales municipales a pesar de que la presencialidad en los centros fue imposible durante los meses iniciales del estado de alarma.
  • 889. Las llamadas recibidas en un servicio nuevo de atención telefónica profesional, al que se accede con cita previa y que atiende una trabajadora social. Más de 300 de esas llamadas no eran para asuntos de competencia de la Fundación. De las que sí lo eran 288 quedaron resueltas por esa vía. 

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