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Gijón se reencuentra con la literatura: todas las claves de la feria del libro

“Hay gran variedad y equilibrio”, ensalzan los organizadores de cita, que alcanza su quinta edición pendiente de la meteorología

La instalación de las casetas de la Feria del Libro, ayer, en el paseo de Begoña. Marcos León

Si hace un año la mirada estaba en la pandemia, el cielo marca en esta edición la Feria del Libro. Aún con limitaciones de aforos y medidas de seguridad frente al covid, la preocupación de los organizadores llega con la previsión de tormentas y lluvia para el jueves, día de la inauguración. “Ha sido un año duro. Esperemos que el agua no desluzca el inicio, porque los editores y librerías lo han pasado mal y necesitan que exista la interacción con el público”, explica Jaime Priede, responsable de la dirección literaria y de contenidos de la Feria. Mientras, los operarios ultiman los detalles para que las 52 casetas (un récord en esta edición tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA) luzcan a pleno rendimiento el jueves tanto en Begoña como en Tomás y Valiente. Desde hoy ya habrá actos previos para animar una cita, muy joven, pero que ha cuajado. “Hemos intentando dar un paso adelante para crecer y poder convertirnos en un referente de las ferias del libro que se celebran en España”, añade Priede.

Veinticinco librerías, de 28 editoriales distintas (con presencia del Gremio de Editores de Castilla y León y otras catalanas) y unos 80 autores (casi la mitad de ellos asturianos) son las cifras que determinan que la Feria del Libro afronta una edición potente y especial. Pero también, según sus organizadores, el contenido llega con mucha fuerza. “Se ha hecho un gran programa, tiene suficientes propuestas para que todo el mundo encuentre algo de su gusto”, desvela Miguel Barrero, director de la Fundación Municipal de Cultura. “Hay una gran variedad, equilibrio entre autores locales y de fuera, y una participación importante de autoras que aportan mucho a la literatura actual”, relata Priede.

El primer acto de la Feria del Libro de Gijón tendrá lugar esta tarde, a las 19.30 horas, en el Antiguo Instituto, con una mesa redonda con Carlota Suárez (escritora y experta en redes sociales), Esther García López (presidente de la Asociación de Escritores de Asturias), Pilar Sánchez Vicente (escritora) y Ana Roza (editora). Mañana será el turno para una conversación de Joan Manuel Serrat con Alicia Álvarez sobre Mario Benedetti en el Antiguo Instituto; y el miércoles se celebrará un coloquio sobre la literatura de humor, con Camilo de Ory, Anzoni Martín, Pachi Poncela y Julio Rodríguez.

Ya el jueves, y hasta el domingo, comenzará el desfile de autores, con algunas propuestas interesantes, como las que eligen Priede y Barrero. “Me quedo con Brenda Navarro y su libro “Casas vacías”, una obra muy dura sobre la maternidad con una perspectiva muy novedosa; y con Daniel Monedero y “Volar a casa”, señala Priede. “Elvira Lindo y Antonio Muñoz Molina son dos de las personas a las que aprecio mucho y que es un lujo que estén aquí; al igual que un conjunto de autoras, que están despuntando, y que son un ejemplo de que las mujeres juegan un papel importante en la literatura, como Almudena Sánchez, Elena Medel, Luna Miguel y Marta Sanz”, añade Barrero.

Otras obras que protagonizarán La Feria del Libro de Gijón de este año serán “Hasta aquí hemos llegado”, de Antonio Fontana, premio “Café Gijón” de Novela; “Miss Marte”, de Manuel Jabois; “En contra de la España vacía”, de Sergio del Molino; “Agua de luna”, de Juan Ramón Lucas; “Este pueblo silencioso. Las manos en el Museo de Bellas Artes de Asturias”, de Ricardo Menéndez Salmón; “Lear o el deporte rey”, de Maxi Rodríguez; o “En el muro de tu corazón”, de Xuan Xosé Sánchez Vicente.

“Esta pandemia ha generado más ganas de encuentros, de compartir cosas entre los propios autores, y de demostrar lo que se ha hecho en todo ese tiempo de parón”, destaca Priede sobre la Feria del Libro. “Y para el público hay muchas ganas de salir a la calle, y de acudir a eventos culturales, de música, teatro o literatura por las ganas de recuperar lo que estuvo ahí enterrado”, concluye.

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