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Detenido por abuso sexual tras golpear las nalgas de su frutera

El arrestado, cliente habitual, lo hizo “con confianza”, explicó a la Policía, que avisa que todo contacto sin consentimiento es delito

Policía Nacional.

Un gijonés de 71 años terminó detenido por la Policía Nacional por un presunto delito de abuso sexual después de golpear las nalgas de la joven al frente de la frutería en la que solía hacer la compra y sin el consentimiento de ella. “El arrestado se mostró confundido y no entendía que sus actos pudiesen ser delictivos”, desvelan desde la comisaría de El Natahoyo, donde recuerdan que “cualquier acción que implique un contacto corporal, aunque sea mínimo, en el que concurra el propósito de obtener una satisfacción sexual, por exigua que sea, a costa de otra persona que no ha dado su consentimiento, supone un ataque a la libertad sexual”.

Este episodio tuvo lugar el pasado 10 de junio y comenzó a investigarse por la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) a raíz de la denuncia de la dependienta de una fruteria, una joven de 27 años de edad. La denunciante describía que uno de sus clientes, después de solicitar distintos productos del establecimiento, le había realizado tocamientos sin su consentimiento cuando se disponía a pesar la mercancía comprada. Justo al pasar por su lado, detalla la Policía, “apretó una de sus nalgas con fuerza”.

La frutera le recriminó su actitud, a lo que él respondió que había “confianza”. La revisión de las cámaras de vídeo permitió identificar al autor del tocamiento, un hombre de 71 años que acabó detenido en la mañana del pasado viernes. Los investigadores, además, comprobaron que este individuo tenía antecedentes policiales por malos tratos en el ámbito familiar.

Agresión en la calle Álava

La Ufam sigue adelante en la investigación para detener al joven de entre 18 y 20 años que asaltó a una mujer gijonesa de 41 años en su portal, en la calle Álava, en Pumarín hace dos semanas. Este individuo tenía “buena apariencia e iba bien vestido”, según describió la afectada, que logró que su agresor huyese al comenzar a pedir auxilio, como desveló LA NUEVA ESPAÑA. La rápida llegada de varias patrullas de la Policía, y las batidas posteriores por las calles aledañas no dieron sus frutos en el momento. La investigación sigue abierte sin que se haya registrado ningún caso similar desde entonces.

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