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Serrat: “Mario Benedetti era pequeñito y simpático, pero con discreción alemana”

El cantautor desgrana en Gijón la antología que ha dedicado al poeta uruguayo: “En su vida siempre están presentes la nostalgia y el exilio”

Alicia Álvarez y Joan Manuel Serrat, ayer, en el Antiguo Instituto de Gijón. Juan Plaza

Dejó un guiño para Asturias, recogido en la figura del poeta Ángel González. “Es uno de nuestros grandes maestros”. Y bromeó incluso durante sus reflexiones. “Me están sacando de mi escaso orden”. Pero arrancó risas, entusiasmo y una sincera ovación, ante la promesa de volver pronto. Hacía tiempo que el cantante Joan Manuel Serrat no venía a Asturias, pero en su cita de ayer, en el Antiguo Instituto de Gijón, habló con pasión sobre una de las personas con la que más conectó en su vida, el poeta uruguayo Mario Benedetti. “Era un hombre pequeñito y simpático, que aparcaba las solemnidades, y al que las gustaban las mujeres y el fútbol, pero con una discreción alemana”, describió Serrat.

El artista catalán protagonizó ayer uno de los actos previos a la Feria del Libro de Gijón, que empieza mañana, con una conversación con la periodista y cantante Alicia Álvarez, para analizar la antología poética de Benedetti, de la que Serrat es el autor de la selección de poemas y el prólogo.

“No soy un crítico literario, soy un aficionado a la poesía y un hombre que ha conocido al autor”, advirtió al público asturiano. “En su vida siempre están presentes la nostalgia y el exilio”, remarcó sobre su poesía. En su introducción, Serrat recordó la satisfacción que le produjo el encargo de la antología. “Me sentí muy gratificado. Mario no es solo un poeta al que le puse la música, más bien es un poema con el que trabajé, porque es uno de los pocos autores con los que he tenido la posibilidad magnífica de discutir el poema”, explicó antes de rememorar, a modo de anécdota, el continuo intercambio de faxes, durante muchos años, hasta llegar a un punto de encuentro en la composición de las canciones: “Era un transformador de su obra, capaz de renunciar a lo que pretendía transmitir, para que pudieses crear con él y encontrar esa medida”.

Serrat desveló parte del proceso de selección de los poemas. Una experiencia que reconoció como “muy complicada” y que le generó una catarata de emociones. “Me di cuenta de que desconocía muchos de sus poemas. Tenía que leerlos todos y situarlos en mi yo actual. Y a medida que iba haciéndolo generaba en mí sentimientos de todo tipo, algunos muy dolorosos”, indicó, para profundizar en esa idea: “Esperaba encontrarme algún fragmento que fuera delicioso y optimista, que me sacara de mi angustia, pero Mario era muy pesimista en su obra”. Y ahí fue cuando desveló que Benedetti se consideraba “una persona a la que la vida había tratado con muy mala educación”.

Regresó Serrat para ahondar en la vida entre la nostalgia y el exilio de Benedetti. “En su primera época él y su obra se van al exilio por la nostalgia de ese Montevideo en el que vive y crece y no le gusta nada. La Revolución Cubana, después, en el 59, le produce una agitación que hace que todo cambie, tras haberse dicho que era una persona que vivía de espaldas a la realidad”, comentó el cantautor catalán. “Y a partir del 73, cuando le llega el exilio real, es el exilio el que le produce la nostalgia. Pero ahí posiblemente sea la época más creativa, brillante, optimista y compartida de toda su carrera”, aventuró.

En los últimos instantes del coloquio Serrat interactuó con el público, y ahí fue cuando, preguntado por la obra de Ángel González, se deshizo en alabanzas: “Tenía el don de la comunicación, sin alambiques ni retóricas. Era una comunicación de tú a tú fantástica”.

El cantautor, ayer a mediodía, en la plaza Monte de Piedad, junto a la Ruta de los Vinos de Gijón. | Marcos León

“Hacía demasiado que no venía a Gijón, es una ciudad magnífica para pasear”, dice el cantante


“Hacía muchos años que no venía, demasiados ya. Tenía muchas ganas”. Joan Manuel Serrat fue protagonista ayer por la tarde de la Feria del Libro de Gijón. Pero también lo fue por la mañana, aunque de forma discreta, disfrutando por la ciudad. El cantautor quiso aprovechar su visita a Asturias para relajarse y mantener una vida tranquila. Algún viandante le reconoció a mediodía por la zona de la Ruta de los Vinos, donde declaró a LA NUEVA ESPAÑA su pasión por la región: “Gijón me encanta, es una ciudad magnífica para pasear”. Aprovechó el día caluroso y soleado, antes de que la niebla volviese a aparecer en la había gijonesa, para pasear junto a su pareja por el centro de la ciudad y el Puerto Deportivo. Serrat, en el mes en el que su tema más famosos, “Mediterráneo”, ha cumplido 50 años, ha regresado a Asturias, en este caso para participar en la Feria del Libro, en su faceta de escritor, tras haber participado con el prólogo y una selección poética de la obra sobre Mario Benedetti, de la que habló por la tarde en el Antiguo Instituto. Asturias, la tierra en la que Serrat ha ofrecido conciertos a título individual, además de participar en las citas musicales con amigos de Víctor Manuel y Ana Belén, recibió de nuevo otra visita exprés del artista catalán.


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