La directora del Museo Casa Natal de Jovellanos, Lucía Peláez, destacó ayer el gran apoyo social con que cuenta esta institución que este año cumple medio siglo de existencia, resaltando que el que es el museo de bellas artes más antiguo de Asturias “nace de la sociedad, crece y se desarrolla gracias a la sociedad”. “Por tanto, todos estamos implicados en su conservación”, indicó durante la conferencia que pronunció en la Antigua Escuela de Comercio, organizada por el Ateneo Jovellanos.

Peláez destacó que casi la mitad de las 5.700 piezas de la colección del museo son producto de donaciones o legados de coleccionistas como Alberto Paquet o Severo Ochoa o de artistas como Julia Alcaide, García Carrió, Nicanor Piñole, Antonio Suárez, Julio Camín, Orlando Pelayo o Juan Botas.

El origen mismo del museo está en la donación de la colección de dibujos que efectuó el propio Jovellanos y que habrían puesto a este museo en el panorama internacional de no ser porque los mismos se destruyeron durante la Guerra Civil durante el bombardeo del Cuartel de Simancas, a donde se habían trasladado.

Lucía Peláez resaltó que el Museo Casa Natal de Jovellanos es algo más que una colección de obras por su labor de “recuperación del patrimonio, profundizando cada vez más para darlo a conocer, actuar como mediadores de nuestra historia y hacerla accesible a todo tipo de públicos”, señaló durante la conferencia.

La directora del museo gijonés animó a los asistentes a visitar las exposiciones organizadas con motivo del cincuentenario de su creación, la que ya se puede contemplar en el Museo Casa Natal, de Navascues; la de “El Marco y su doble”, por Paco Cao en el Antiguo Instituto y la que el próximo día 1 se inaugurará sobre Álvarez Sala con una conferencia del conservador de pintura del siglo XIX del Museo Nacional de El Prado, Javier Barón.

En la charla, la directora del museo, detalló la historia del museo desde que en 1944 el Ayuntamiento adquirió la mayor parte de la casa natal de Jovellanos, tras haber recibido unos cuadros donados por la pintora Julia Alcaide. Además de repasar la historia de Gijón desde mediados del siglo XIX a través de las obras de distintos pintores, la directora del centro también explicó los cambios en el propio edificio, del que se respetó su fachada original, eliminando el revoco que la protegía de la humedad, pero que sufrió cambios considerables en su distribución interna respecto en la reforma de los años 60.