El control de aforos en la playa de San Lorenzo a partir del 1 julio no se fiará únicamente al novedoso sistema de inteligencia artificial que se implantará este año por vez primera. Dos patrullas de la Policía Local se dedicarán a esta labor durante toda la jornada y, además, se ofrecerá información en tiempo real sobre el estado de ocupación del arenal a través de la megafonía. Estas medidas adicionales fueron avanzadas ayer por el concejal socialista José Luis Fernández en la comisión municipal de Seguridad en respuesta a una interpelación de la popular Ángeles Fernández-Ahúja.
Según detalló la edil de la oposición, la labor de la Policía Local resulta “necesaria, sobre todo para intervenir cuando la marea sube de manera rápida y cambia las condiciones de aforo de la playa en apenas veinte minutos”. En ese escenario, añadió, “hay que decidir qué se hace con los bañistas, si se reubican o se les pide que salgan del arenal”. La concejala subrayó que su formación ya había advertido con anterioridad de que la inteligencia artificial “se quedaba corta para lograr un correcto control de aforos por sí misma y que debía ser complementada, como parece que así será”.
El sistema de inteligencia artificial para controlar el aforo de la playa se basa en cámaras y alertas sobre la situación a través de una plataforma web. Su implantación ya estuvo en estudio para el verano de 2020 y hasta se realizaron pruebas. Sin embargo, quedó descartada. Más en detalle, se trata de un dispositivo de visión artificial con cámaras que no logran identificar a las personas que se encuentran en el arenal, por razones de privacidad, pero que sí permiten establecer “mapas de calor” que localizan de forma más oscura las zonas más concurridas de público. Toda esa información, que dará una aproximación en tiempo real del número de bañistas en cada momento, resultará visible en una página web para consultar las zonas más aliviadas de usuarios.
Los problemas de exceso de afluencia en San Lorenzo se prevén con las pleamares. Según los cálculos presentados el año pasado, cuando se hacía aún más necesario todo tipo de supervisión debido a la situación sanitaria en aquel momento, el aforo de la playa es de unas 24.500 personas con la marea baja, pero esa cifra se reducía hasta los 2.270 usuarios con la pleamar. Pese a las limitaciones, tampoco fueron muchos los días de calor en que se tuvieron que cerrar los accesos al arenal el verano pasado.
