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La Figura de la Semana | Florencio Martín, presidente de la Asociación de Vecinos de Laviada, recién reelegido

Un buen paisano de Laviada

Aficionado a viajar y presidente de la peña sportinguista El Humedal, Floro destaca por su franqueza, su humor y su entrega a los demás

Un buen paisano de Laviada

Todavía se contaba en pesetas y acababan de llegar los euros cuando Florencio Martín Álvarez asumió la presidencia de la Asociación de Vecinos de Laviada. Corría el año 2002 cuando Floro, que así es como todo el mundo le conoce en el barrio, asumió el liderazgo de uno de los colectivos vecinales más activos de la ciudad en los últimos tiempos. Y ahora, 18 años después, renovó este viernes sus votos con una entidad a la que ha consagrado su vida. Tanto que hasta superará las dos décadas como cabeza visible. La fórmula es sencilla: cuando se le pregunta por su edad, Floro dice que 71 años, pero que está hecho un chaval. Y se le nota, porque a pesar del tiempo transcurrido, este hombre de carácter íntegro, trotamundos y de gran franqueza sigue al pie del cañón.

Los orígenes de Florencio Martín hay que buscarlos en Pesoz, donde nació un 4 de febrero de 1950. Sin embargo, con solo un año su familia se afincó en Gijón. Su madre fue ama de casa y su padre trabajador de Tudela Veguín. La vida le dio un duro revés cuando era solo un niño. La muerte de su progenitor llegó cuando apenas tenía 9 años. Aquel giro dramático llevó a su madre a tener que trabajar en la cocina de un par de hoteles, todavía durante la dictadura. Tiempos complicados para una mujer que, a todas luces, se convirtió en una madre coraje.

Apreciado por todos en Laviada, lo mejor que se puede decir de Floro en el idioma coloquial es que “es un buen paisano”. Casado desde hace cuatro décadas, no tiene hijos. Curiosamente, su mujer también es hija única, como él. Entregado a los demás, conoció hace cuatro años a una mujer nigeriana a la que prestó toda su ayuda para integrarse en España. Esta mujer tiene marido y una niña pequeña y tan buenas migas hizo con Florencio Martín que surgió entre ellos una férrea amistad. El líder vecinal, de hecho, tiene puesta en su perfil de WhatsApp una foto con una niña pequeña en el paseo del Muro. Es la hija de este matrimonio nigeriano que se ha convertido para Floro prácticamente en su nieta. Con ella se va de paseo y al parque como si fuera un abuelo más.

Uno no cumple dos décadas como presidente de una asociación de vecinos si no mantiene un trato reivindicativo con el Ayuntamiento, pero a la vez reposado. Y así lo ha hecho Florencio Martín con los diferentes gobiernos locales con los que ha coincidido en la ciudad, independientemente de su color político. No es ningún secreto que en su junta directiva hay diferentes inclinaciones políticas. Sin embargo, tienen un mandamiento fundamental. De puertas para dentro del número 45 de la avenida Constitución, que es donde está la sede vecinal, se trabaja por y para Laviada. Y de puertas para fuera, que cada cual vote lo que quiera. Floro tiene sus convicciones políticas, pero no le han dolido prendas si ha tenido que criticar a los suyos y alabar a los otros si han acertado.

Entregado a sus labores como dirigente vecinal, tiene la costumbre de estar siempre en horario de tarde en la asociación. Confirman quienes le conocen que prefiere quedarse hasta tarde, a veces hasta más de las once, porque a esa hora es cuando mejor se trabaja. Comprometido con sus vecinos, siempre está cuando se le necesita para resolver algún trámite o alguna duda. Colaborativo con las causas nobles, la asociación que preside destaca por el apoyo que prestan a entidades con fines sociales, como el Albergue Covadonga. Algo serio y de tono grave, pero cuando se le conoce se le descubre un sentido del humor algo ácido y plagado de bromas.

Además, es un trotamundos, y una de sus mayores aficiones es conocer nuevos horizontes. Ha estado en un buen puñado de países, como Polonia, Alemania, Estonia, Lituania, Inglaterra, Italia y Cuba, entre otros. Pero sin dejar que Laviada siga siendo su patria chica, por donde es habitual verle pasear y estirar las piernas. Este trabajador jubilado de Saint-Gobain tiene en el Sporting otra de sus grandes pasiones. Profesa amor a los colores rojiblancos, tanto que es el presidente de la peña sportinguista El Humedal. Y gracias a esa peña combina sus dos pasiones, viajar y animar al Sporting porque antes de la pandemia tenían la costumbre de organizar un desplazamiento largo para ver al equipo todas las temporadas.

A Floro Martín, además, los años no le han quitado la sonrisa ni las ganas de trabajar. Querido y apreciado por todos, cumplirá las dos décadas al frente de la Asociación de Vecinos de Laviada. Serio, franco, servicial y muy amigo de sus amigos, el líder vecinal seguirá luchando sin pelos en la lengua por las necesidades de sus vecinos. Y es que la mejor forma, y quizá la más aproximada, de definir a Florencio Martín es decir de él que es un buen paisano.

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