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Antonio Suárez, hijo adoptivo de Gijón

“Me fui a México por amor, pero mi mayor logro es ser de Gijón”

“En el ocaso de mi vida, no puedo dejar de pensar en la suerte que he tenido”, agradece el empresario

El empresario Antonio Suárez. Marcos León

Viendo que iba a ser el último homenajeado en intervenir, el empresario Antonio Suárez, el “rey del atún” y ahora hijo adoptivo de la ciudad, se quitó la mascarilla y comenzó su intervención con una risa traviesa y una disculpa. “Con el perdón de la autoridad, voy a pasarme de los treinta segundos e irme más bien al minuto”, señaló. Al final fueron varios, pero con la complicidad de un teatro Jovellanos que no podía evitar reírse ante la cantidad de ideas que el empresario afincado en México quiso soltar a toda prisa. Recordó que sus padres están enterrados en Gijón y que se vino a la ciudad a la tierna edad de los 5 años, con sus orígenes “en las altas montañas” de Sobrescobio, pero también que “técnicamente” es ovetense, porque nació allí: “A mi madre le tuvieron que hacer una cesárea, así que viví allí tres o cuatro días”. Pese a ello, con la certeza de haber tenido “mucha suerte” a lo largo de su vida, a sus dos grandes logros, que han sido haber formado una familia y una empresa, se suma ahora otro. “Y tal vez sea el más grande de mi vida: ser de Gijón”, agradeció.

Suárez dice estar haciendo balance, porque “cuando uno cumple 80 años, en el ocaso de su vida, se pone a pensar”, y a él todo lo que rememora le hace sentirse afortunado. “Mi gran obra es llegar a alguna de mis fábricas y que los obreros me aplaudan”, aseguró. Añadió que “por amor” hizo muchas cosas, entre ellas irse a México, pero que aún hoy recuerda su infancia junto a la playa, sus clases en el IES Jovellanos y sus juegos a las chapas en las calles de la ciudad. “Créanme, recibir este reconocimiento es un gran honor. Siempre llevé a Gijón en el corazón”, zanjó el empresario.

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Entrega de honores y distinciones de Gijón en el teatro Jovellanos Marcos León

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