La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier López Martín Historiador, acaba de publicar un libro sobre Carlos V

“Promocionar historias como el desembarco de Tazones ayuda a la cultura y al turismo”

“Es necesario tener un centro de interpretación sobre Carlos V en Villaviciosa; quedarse solo en la fiesta no sirve”

El historiador Javier López, en Begoña, con su nuevo libro. Marcos León

El historiador madrileño Javier López Martín se tiró años sepultado por carpetas de archivos municipales con la idea de desvelar parte de la historia de Carlos I de España y V de Alemania y los motivos de su desembarco en Tazones. El resultado de su investigación, que incluye varias sorpresas, ha visto la luz en “El primer viaje de Carlos de Habsburgo a España y el hundimiento del Engelen”, un libro acaba de ver la luz gracias al apoyo de las fundaciones Cardín y Alvargonzález.

–Decía en este periódico hace unas semanas que el viaje del emperador Carlos a España aún tiene mucho por investigar, ¿por qué?

–Faltan por resolver muchas cosas que serían de interés para investigadores. Por ejemplo, si verdaderamente el desembarco en Tazones fue premeditado, que es lo que yo pienso, pero habría que confirmar. También falta por aclarar del todo el último acto de la tragedia, el incendio del barco, que también fue premeditado y yo explico en el libro qué me lleva a pensar eso: que la nobleza castellana no quiere que el infante Fernando salga de España a los Países Bajos.

–¿Qué se sabe ahora del barco, del “Engelen”?

–Muchísimas cosas. Sabemos casi con certeza cómo se construye y que con casi total seguridad ha sido en un astillero en Dinamarca, aunque hay otras versiones. Sabemos que el motivo de su llegada a los Países Bajos es la boda de la hermana de Carlos, la infanta doña Isabel, y sabemos que se designa como nave real, y también parte del pasaje que va en el barco, que ahí hemos avanzado mucho. Por último, sabemos cómo fue el desembarco en Tazones y que con casi total seguridad fue premeditado, porque se solía achacar a una tormenta. Y, sobre todo, sabemos que lo más seguro es que el barco fue hundido adrede. Antes no se sabía nada, no se sabía ni el nombre.

–Habla en primera persona del plural. ¿Hubo otros estudios de referencia?

–(Ríe) Bueno, en realidad, no. Me llevó años y años de investigación poder llegar a estas conclusiones. Todo lo que he dicho hasta ahora lo cuento en mi libro, que es donde se desvela toda esta historia que, hasta ahora, se sabía muy a trozos. Es verdad que recurrí a archivos e información accesible, pero sobre este tema no había investigaciones de referencia. Y era lógico. El problema con lo del barco fue que la información ya andaba por ahí, pero era muy difícil dar con ella. Cuando el barco se quema y se hunde en el papeleo que se hace después en España se referían a él como “Ángela”. Fue difícil dar con las piezas del puzle porque estaban metidas, digamos, en cajas diferentes. En cuanto uní los primeros cabos pude dar con una historia que, ahora, la tenemos completada al 99 por ciento. Reconfirmar algunos detalles, a estas alturas de la historia, va a ser complicado.

–¿Convendría tener un centro de interpretación sobre este tema en Tazones?

–Sí, absolutamente. Sin lugar a dudas. A petición del alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega, propuse un centro de interpretación que puede ser en Tazones o en la propia Villaviciosa o incluso una sede compartida que vincule ambas zonas. Tazones ya vive maravillosamente bien la recreación del desembarco, pero creo que se podría ir más lejos. Quiero decir, podríamos hacer más que solo una fiesta, no sé, podríamos tener una pequeña sala con información y que ambas actividades se refuercen mutuamente. La gente de Villaviciosa podría ir a Tazones y al revés, y tener un espacio en el que se pueda explicar cómo ese barco, por qué va a Flandes, que pasó después. Sería una mejora para todos y un reclamo para el turismo, la gastronomía y la cultura local.

–¿Somos conscientes del valor cultural de este tema en Asturias o tendemos a dejar un poco de lado el nicho de mercado de nuestro propia cultura?

–Lo segundo, pero pasa aquí y en toda España, no es un problema local. La cultura siempre ha quedado relegada a un segundo plano y este tipo de cosas son las que podrían llegar al gran público, sobre todo, a los niños. Fiestas como las de Tazones mejoran la vida social y cultural, y una cosa puede acabar llevando a la otra. Si te disfrazas y luego tomas algo, pues vale, pero si además después explicas cómo fue ese desembarco y por qué fue aquí si nadie le esperaba, aportas contexto, y haciéndolo bien lo entienden hasta los niños y creas cultura desde la base.

–Una vez recopilada la información, ¿cómo fue el proceso de elaboración de este libro?

–Oficialmente este libro tardé dos años en escribirlo y fue gracias al patrocinio extraordinario de las fundaciones Alvargonzález y José Cardín. También me apoyó el Ayuntamiento de Villaviciosa, el Museo Naval de San Sebastián y la Fundación Museo Naval de Madrid, pero las dos fundaciones fueron fundamentales para que esto pudiese ver la luz. Extraoficialmente, llevaba muchos años con esta idea en la cabeza y estoy muy contento con el resultado. Creo que el libro, por cómo se ha editado y cómo se ha diseñado, hace justicia a la historia. No esperaba que la edición del material fotográfico, sobre todo, pudiese quedar tan cuidado.

Compartir el artículo

stats