Dicen que los libros hacen viajar, pero muchos de los que se venden estos días en la “Semana negra” también vienen desde muy lejos. La feria literaria trata de mostrar en España a autores extranjeros a punto de dar el gran salto a la fama, y cuenta para ello con la complicidad de libreros como Fritz Glockner, un conocido mexicano que lleva desde 1992 trayéndose a Gijón los secretos de su tierra.
“Soy de los más longevos y siempre traigo novelas latinoamericanas que, en España, no se publican”, presume el vendedor.
En la ciudad también se respiran letras japoneses. Es gracias a la editorial “Satori”, especializada en el sector. Según su responsable, Alba Cañedo, “la cultura japonesa ahora está de moda”, y entiende que encuentra filón en Asturias por narrar una cultura “tan distinta a la española”.
Otras librerías de la “Semana negra”, como “Magazine” o “Personajes”, estandartes del gremio librero gijonés, también defienden esta esencia internacional de la feria tras años viendo cómo un autor desconocido se vuelve un “bestseller” a los pocos años. “Nos llaman la generación ‘Star Wars’ porque somos una saga que siempre continúa”, bromea sobre su trayectoria Emilia Valle, de “Personajes”. Otro fiel librero local es Rafa Gutiérrez, de “La Buena Letra”, que estos días barre para casa con unos marcapáginas artesanos de “PerroFeo”, una empresa de la ciudad. Porque para encontrar calidad tampoco hay que irse muy lejos.
Pelayo llega a Cantabria
Las compras de la “Semana negra” también son peregrinas. Según explicó ayer el editor Alberto Santos, de Imágica Ediciones, el presidente Adrián Barbón le compró un ejemplar de “Pelayo, príncipe de los Astures”, para hacérselo llegar a Miguel Ángel Revilla, su homónimo en Cantabria, a raíz de la polémica sobre los orígenes del personaje.