La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Muro estrena zona “chill out”: así es la nueva instalación del "cascayu"

El espacio, que forma parte de un proyecto piloto para “humanizar los espacios peatonalizados”, divide a los viandantes

Diego Ramón Férreo, Paula Cobo, Mohammed Sainy y Theresa Kehle en la zona “chill out”. Marcos León

El “cascayu” amaneció hoy con una nueva instalación ante la sorpresa y el desconcierto de los paseantes. Se trata de un espacio “chill out”, un lugar para descansar, ubicado a la altura de la escalera 15 del paseo del Muro de San Lorenzo y compuesto “por varios bancos y mesas pequeñas recogidas con un ambiente de decoración a base de vegetación”, explica Juan Carlos Martínez, jefe del servicio de Parques y Jardines. “Es un proyecto piloto para ver cómo se comporta el espacio con un mobiliario de estas características, materializado por la agencia local de empleo a través de los planes de empleo. La idea es aprovechar espacios peatonalizados para humanizarlos, queremos ver qué aporta al lugar en cuanto a mejora de zona estancial como complemento a todo el conjunto”, argumenta Martínez.

Los primeros transeúntes en descubrir la instalación compartían el desconcierto inicial por lo novedoso de la idea, que tendrá su réplica en la explanada de Poniente. “Nos quedamos mirando, pero no sabíamos muy bien qué era. De primeras parece la terraza de un bar, aunque no nos encajaba del todo”, describía Derli Alonso, quien, tras darse cuenta de su verdadera utilidad, lo describió como “una buena y útil zona de descanso para poder sentarse aquí en el paseo”. “El rincón está muy guapo, invita a sentarse y descansar”, opinaba, por su parte, Rosana Ordiz, quien tenía “mucha curiosidad” porque había visto a los técnicos colocarlo por la mañana temprano.

El nuevo mobiliario del “cascayu”. Marcos León

José Luis Pla, ciclista que pasaba por la zona, mantenía también una opinión positiva al estimar que “la gente lo va a aprovechar muchísimo”. Y añadió: “Al principio igual no, porque aquí somos muy reacios cuando hay una cosa nueva, pero poco a poco irán entrando por el aro”. En la misma línea se posicionaba Mar Álvarez: “En Gijón se protesta por todo, pero creo que esto está bien y es muy agradable”. Aunque Álvarez también le encontraba al proyecto alguna laguna: “Igual esta madera hay que tratarla algo más, puede que se estropee rápido”.

Pero no todo eran valoraciones favorables para el nuevo espacio “chill out”. “Esto es una aberración más del gobierno local”, se quejaba Ricardo Blasco. “Ya existe una cantidad de gente en contra de las obras en esta zona, no hacen más que gastar dinero y no escuchan a nadie de la oposición”, añadía. Blasco, además, se preguntaba también para quién iba dirigido. “¿Esto es para los de los botellones de por la noche?”, ironizaba.

La fabricación de esta zona de descanso ha corrido a cargo de la Agencia Local de Empleo a través de los planes de empleo y talleres de carpintería y metal, con la intención de dulcificar las áreas de paseo. Está previsto que la idea también se pruebe en el paseo de la playa de Poniente. “Para Poniente se ha pensado otro concepto en el que se presentará una mesa con bancos corridos. Aún está en proceso de fabricación y se instalará próximamente”, anunció Juan Carlos Martínez.

De cara a colocar aún más espacios de este estilo en la ciudad, el jefe del servicio de Parques y Jardines aclara que “la continuidad del proyecto tendrá que ver con su uso”. “El uso es la prueba del algodón de que un espacio público funciona. Habrá que esperar qué grado de aceptación tiene”, aseguraba. Y señalaba se mantiene abierto a la aplicación de “factores de corrección”. Sobre si preocupaban en el Ayuntamiento posibles malos usos del espacio, como los botellones o actos vandálicos, Álvarez indicó que “el vandalismo está a la orden del día, no podemos trabajar pensando en eso”.

El parecido de esta zona de relax con una terraza de cualquier bar genera la duda sobre las medidas de seguridad a tener en cuenta. “No se dan las condiciones de una terraza comercial, no hay consumiciones y la situación de riesgo es muy baja, está al aire libre y ventilado”, argumentaba Álvarez. “Es un espacio público como cualquier otro, como los 5.500 bancos que hay repartidos por Gijón”, zanjaba el responsable de Parques y Jardines.

Compartir el artículo

stats