“Aquí queda destronado el pobre infeliz”. Pese a su deteriorada salud, a sus 88 años, Isabel Palacio Álvarez, se expresó de ese modo cuando hace unos días le mostraron una de las placas con el nombre de su hermano, el primer alcalde democrático de Gijón, José Manuel Palacio, a la avenida que previamente llevaba el nombre de Juan Carlos I en el callejero gijonés. Un momento de lucidez “que nos sorprendió mucho a todos”, explicaba ayer su amigo y tutor legal, el exconcejal de Unidad Gijonesa, Armando Nosti, en el acto organizado en la plaza de la Estación del Norte en el que entre banderas republicanas se rendía al mismo tiempo homenaje a aquel alcalde socialista y se celebraba la retirada de la calle al Rey emérito.

Por la izquierda, Armando Nosti, Isabel Palacio y Luis González, ayer, en un momento del acto.

El acto, promovido conjuntamente por Asturias Socialista, que había recogido firmas para la retirada del nombre de la avenida al anterior jefe del Estado y por los supervivientes del grupo de amigos que en 2006, una año después de la muerte de Palacio, comenzaron a bregar para que tuviera un nombre digno en el callejero local. Entre ellos su propia hermana, Armando Nosti y el también exconcejal Luis González, junto a los ya fallecidos Juan Álvarez, asesor en temas urbanísticos de Palacio; Ramón Cadavieco, amigo personal; Andrés Álvarez Costales, exconcejal del PCE y el exconsejero de Economía y Hacienda del Principado, el socialista Faustino González Alcalde.

“Llegamos a pensar que era imposible” lo que finalmente se ha conseguido, señalaba Armando Nosti, quien recordó que “todo lo que obtuvimos del antiguo PSOE, del PSOE de la Universidad Laboral, del PSOE que tuvo problemas con él fueron largas al asunto y propuestas que más que rendirle homenaje lo que pretendían era alejarlo”. “Nos propusieron una calle en un polígono industrial saliendo para Avilés, plazas que no tenían ningún número”, dijo. En palabras de Luis González, eran propuestas que “rozaban la humillación con las que más que recordarlo con una calle lo que se buscaba era olvidarlo”.

Nosti hizo hincapié en diferenciar aquel PSOE del actual, que representó en el acto el secretario general de la Agrupación Socialista de Gijón, Iván Fernández Ardura, quien apuntó que el celebrado ayer “es un acto que es un dos por uno” contraponiendo la falta de ejemplaridad del anterior monarca con un alcalde que fue “una persona muy recta”. Su honestidad y ejemplaridad fue resaltada por todos los intervinientes, desde la portavoz de Podemos-Equo, Laura Tuero hasta el de IU, Aurelio Martín, ante el grupo de asistentes a la celebración entre los que se encontraban la histórica Ángeles Flórez Peón, Maricuela, la concejala socialista Salomé Díaz, el exconcejal de Xixón Sí Puede, David Alonso, o exdirigentes sindicales como Cándido González Carnero.

Además de la condición humana del primer alcalde de Gijón tras el fin de la dictadura, los participantes en el acto destacaron algunos de los aspectos de la modernización de Gijón que impulsó, como la urbanización de las calles en los barrios, la elaboración del primer PGO o el ganar para la ciudad el Cerro de Santa Catalina y el parque de los Pericones, además de la construcción de colegios.

Uno de los amigos de José Manuel Palacio, Luis González agradeció el apoyo de Laura Tuero y Aurelio Marín y la decisión de la alcaldesa, Ana González, para que por fin una importante vía de Gijón lleve el nombre del primer alcalde democrático. “Que el nombre de un monarca corrupto, al que nadie votó, haya sido sustituido por el de un alcalde demócrata, honrado, buen gestor y auténtico socialista, es un acto de justicia y debe representar un orgullo para Gijón”.

Luis González no se quedó en las comparaciones entre las dos figuras que se relevan en el callejero gijonés. También contrapuso la actitud de Palacio con la de los políticos que lo orillaron. Palacio “demostró con hechos palpables que se puede llevar a cabo una gestión política con eficacia, austeridad y honradez, hábitos que una nueva generación de políticos profesionales no entendió”, abogando porque se enseñe en los colegios a los niños que serán los dirigentes del futuro “trayectorias como la del exalcalde Palacio”, para que entendiera que la gestión pública “ha de ser ante todo honrada y que otras formas de gobierno más centradas en el bienestar del ciudadano que del suyo son posibles”. Un ejemplo que tras un largo periplo ya tiene reconocimiento en el callejero gijonés.