Las pesquisas para averiguar quiénes están detrás del sabotaje en Ebhisa, que tras la quema de una de sus cintas afronta pérdidas millonarias, sigue abierta. La terminal de minerales de El Musel fue víctima de una quema que da por voluntaria en un tramo de la cinta que usa la empresa para trasladar carbón hasta la explanada de Aboño. El ataque, se calcula, costará alrededor de dos millones de euros a la entidad.

El fuego se originó minutos después de las tres de la madrugada. La voz de alarma la dio un tripulante de un barco cementero que estaba atracado en una terminal de Tudela Veguín. Las llamas se pudieron sofocar tras una hora de trabajos.