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El buque gijonés que revolucionará México

Los dueños del grupo Durandco visitan en Armón su petrolero “Blue Eagle”, de 32 metros de alto y 106 de eslora y el primero con propulsión híbrida: “Será el mejor del país”

Armón entrega el petrolero “Blue Eagle” a la empresa mexicana Durandco: “Es el buque más avanzado del sector”

Armón entrega el petrolero “Blue Eagle” a la empresa mexicana Durandco: “Es el buque más avanzado del sector”

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Armón entrega el petrolero “Blue Eagle” a la empresa mexicana Durandco: “Es el buque más avanzado del sector” Sandra F. Lombardía

Estrellando contra el casco una botella de champán y previa bendición con una estampita de la Virgen de Guadalupe, el buque “Blue Eagle” construido en Armón para los mexicanos de Durandco quedó ayer oficialmente inaugurado en los astilleros gijoneses tras una larga ceremonia que congregó en la ciudad a más de medio centenar de allegados a la empresa y a múltiples autoridades asturianas. Entre ellas, se vino a Gijón el presidente Adrián Barbón, que urgió a lanzar “cuanto antes” el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) para la industria naval para elevar “la ya alta competitividad” del sector en Asturias. “No olvidemos que el Principado lidera hoy la construcción de barcos en nuestro país”, recordó.

Lluvia de confeti sobre el “Blue Eagle” tras su acto de amadrinamiento. | Marcos León

La fabricación del “Blue Eagle”, adquirido por la compañía de Durandco Blue Marine, arroja cifras desorbitantes. Requirió 4.612 toneladas de acero, 45.000 metros de tubería y 375 kilómetros de cableado eléctrico. Mide 32 metros de alto, 106 de eslora y 25 de manga, y pesa 10.406 toneladas. Tiene capacidad para transportar 7.000 toneladas de crudo y se alza como el petrolero “más innovador del sector” porque es el único de su grupo con propulsión híbrida, funcionando con diésel, pero también con electricidad. Fue un buque hecho a medida para los compradores tras varios años de negociaciones y se destinará a la producción, almacenamiento y descarga de hidrocarburos. “Será el barco más moderno del Golfo de México y el más avanzado tecnológicamente de los que dan servicio a la industria petrolera mexicana”, aplaudió Juan Reynoso Durand, presidente del Grupo Industrial Durandco.

Adrián Barbón con el capitán del barco, Carlos Alonso Lugo, en el puente de mando. | Marcos León

Su hermano, Alfredo Reynoso, es copresidente del grupo, y una de sus hijas, Roberta, es desde ayer la madrina del recién estrenada embarcación. “La primera etapa de este buque, ayudando al abastecimiento energético de México, nos llena de orgullo”, expresó el progenitor. La joven, de 16 años, reconoció estar ayer “bastante nerviosa” por tener que oficiar como madrina. Pero todo salió bien. Estuvo primero acompañada por José Alonso, el párroco de San Esteban del Mar (El Natahoyo), que se encargó de bendecir el buque, deseándole que pudiese “continuar con su camino durante todo el tiempo posible”. Después, intervino la madrina, que se mostró “muy orgullosa” de que el petrolero fuese a ser ahora el “barco más moderno” de su país siendo al mismo tiempo “amigable” con el medio ambiente. Y soltó con firmeza la cinta que sujetaba la botella de champán. Tras su estallido contra el casco, se dispararon varios cañones de confeti y bandas de colores verde, blanco y rojo, los que ilustran la bandera mexicana.

La alcaldesa Ana González con Juan Manuel Paíno, en el helipuerto del buque. | Marcos León

Antes del bautismo y acto de amadrinamiento del buque, el centenar de invitados se reunió en el exterior de los astilleros para atender a los discursos oficiales. La lista de invitados incluía al presidente Adrián Barbón, a la alcaldesa Ana González y a Félix Baragaño y Álvaro Alonso, de la Cámara de Comercio de Gijón, así como a José Manuel Ferreira, de la Cámara de Oviedo. Estuvo también el empresario asturmexicano Antonio Suárez, el “Rey del atún” – que colaboró con las negociaciones entre asturianos y mexicanos– y Almudena López, consejera delegada de Pymar, así como representantes del Puerto de Gijón, la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Alfredo y Juan Reynoso, dueños de Durandco. | Marcos León

Laudelino Alperi, consejero delegado de Astilleros Armón –acompañado ayer por el propietario del astillero, José Ramón Fernández–, abrió la ceremonia congratulándose por haber podido trabajar con el pueblo mexicano. “Siempre recibió a la población española con los brazos abiertos”, dijo, y añadió que ambos países “comparten ADN”. Alperi recordó los años en los que muchos españoles partieron al otro lado del océano “con una maleta de madera en la que nunca faltaba una foto de familia, un pañuelo bordado y las llaves de casa”. Y, a su juicio, estos tres enseres simbolizan bien la colaboración con Durandco. “La foto familiar es el proyecto de colaboración que permitió llegar hasta aquí, el pañuelo es el buque y las llaves, la amistad, el respeto y el agradecimiento que ahora nos une”, señaló. Los astilleros gijoneses con más de cien años de historia y bajo el sello de Armón desde 2011, ahondó Alperi, lanza ahora un buque “muy sostenible” y con capacidad “para 7.000 toneladas” que se fabricó “a medida” para los mexicanos.

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Botadura del buque Blue Eagle en Armón

En el “Blue Eagle”, aunque su construcción se lideró desde Gijón, participaron 20 empresas de ocho países, generando 2.000 empleos directos e indirectos. Su llamado “sistema de posicionamiento dinámico” permite que se mantenga estable incluso en caso de incendio, garantizando la seguridad en los yacimientos. Está equipado con cocina, gimnasio, helipuerto y varias estancias para la tripulación. Su capitán es Carlos Alonso Lugo, que junto a Juan Manuel Paíno, director general de Astilleros Armón, lideró la visita al buque.

Roberta Reynoso, hija de Alfredo Reynoso y madrina del buque. 6. A la izquierda, Juan Reynoso y su esposa, Sofía Juanmarcos, flanqueados por sus hijos Juan Patricio, Esteban y Santiago, junto a Alfredo Reynoso y su esposa, Roberta Ampudia, con sus hijas Emilia, Natalia, la pequeña Patricia y Roberta. | Marcos León

El recorrido permitió que la Alcaldesa y el Presidente pudiesen ver de primera mano el logro de Armón. Barbón se sentó en el puente de mandos, levantó unas mancuernas del gimnasio –ironizando sobre su falta de ejercicio– y propuso también en broma a la regidora organizar el congreso de la FSA en el impactante helipuerto del buque. “Eso, así si alguno no nos gusta lo podemos arrimar a la orilla”, ironizó González.

Barbón urgió durante su discurso la aprobación del PERTE naval. “Confío en que se presente cuanto antes para reducir las emisiones de dióxido de carbono, crear más riqueza y empleos de alta cualificación”, señaló. También agradeció a Antonio Suárez haber vuelto a elegir Armón para construir un buque atunero. La Alcaldesa aplaudió el “espléndido buque” a estrenar y mostró su “especial orgullo” por los astilleros gijoneses. “Esperamos mantener estos vínculos. Vuelvan, vuelvan siempre que quieran”, les dijo a los mexicanos. Los Reynoso, por su parte, señalaron a Armón como “uno de los astilleros más experimentados” que conocen. “Nadie que quiera un barco debería pensárselo dos veces para elegirles”, aseguraron. “Blue Eagle” iniciará ahora su periodo de pruebas y partirá rumbo a México en agosto o septiembre.

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