A Iris Rodríguez Mieres (Gijón, 1984) le había dado por retomar a finales del año pasado un relato que había comenzado a escribir un poco por casualidad años atrás. Siempre le había gustado contar historias, primero con canciones inocentes en la infancia y más adelante con cuentos que nunca salían del cajón. También por casualidad, una amiga la animó a probar a autopublicarse, y así fue como la joven acabó encontrado a los de “Punto Rojo”, que han dado forma a la que ahora es su primera novela, “La caja secreta de Xana”, que está cosechando buenas críticas, sobre todo, en redes sociales. “Hace años sería impensable sacar un libro sin apoyos, pero ahora ya estoy trabajando en el segundo”, aplaude.

La novela cuenta la historia de Xana, una joven asturiana que fue madre siendo aún joven y que acaba “en un callejón sin salida” entre dos amores. El libro, adelanta Rodríguez Mieres, tiene bastante contenido sexual. Ella misma, aunque de formación fue auxiliar administrativo, es asesora de “Tuppersex” desde hace años y trabaja como terapeuta sexual, y dice haber sacado la mayoría de anécdotas contadas en la novela de historias reales vistas en consulta. “Creo que es eso lo que está provocando las buenas críticas, muchas chicas dicen que se sienten identificadas”, explica.

Entiende Rodríguez Mieres que este primer libro es “una novela corta o un relato largo”, y ya ha recibido muchas reseñas positivas que, como único punto negativo, comentan que la historia se les quedó algo corta. Lo cierto es que la gijonesa no había pensado demasiado en cuál sería su impacto. “Mi sueño siempre había sido escribir un libro, tener uno propio, pero era dificilísimo y muy caro. Siempre escribí tonterías, pero siempre eran para mí, así que recibir ahora el apoyo de otros me ha estimulado para seguir escribiendo”, agradece. Recomienda a otros jóvenes escritores que no sepan cómo darse a conocer probar el formato de autoedición. “Yo me informé por mi cuenta y a día de hoy hay muchas opciones ahí afuera que mantienen tus derechos como autora. No me habría lanzado de otra manera”, defiende.